La negociación del pacto de Estado de educación no ha empezado con buen pie. La subcomisión parlamentaria que deberá pilotarlo se ha creado este jueves con 26 votos a favor y 11 abstenciones, las de Unidos Podemos y los nacionalistas catalanes y vascos, que han expresado su desconfianza sobre los objetivos finales del acuerdo.

ERC, PDECat, PNV y Bildu recelan de que el pacto vaya a respetar las competencias autonómicas que en educación son exclusivas. “Si se vuelve a legislar pensando que hay una sola España se excluirá a una parte importante de la sociedad”, ha advertido el republicano Joan Olòriz, después de dejar constancia de su escepticismo.

EN DEFENSA DE LA INMERSIÓN

Tanto Olòriz como la parlamentaria de PDECat, Miriam Nogueras, han recordado que para Cataluña es imprescindible que se deroguen todas la disposiciones que atentan contra la inmersión lingüística, en especial la que obliga a la Generalitat a pagar 6.000 euros a las familias que quieren el castellano como lengüa vehicular.

Unidos Podemos, por su parte, quería eliminar del texto de la creación de la subcomisión la referencia a los objetivos educativos denominados 20/20 de la Unión Europea. Los diputados de Pablo Iglesias creen que esta estrategia privilegia el "concepto mercantilista de la educación". El trámite no permite, al parecer, incluir enmiendas por lo que ninguno de los tres grupos que firmaron la propuesta', PP, PSOE y C'S, se ha opuesto a la supresión.

Ninguno de los cuatro grupos abstencionista se mantendrá al margen de la negociación porque todos considerarían “bueno” que se busque un acuerdo que ha sido imposible alcanzar en cuatro décadas de democracia. Sus abstenciones son, sin embargo, una primera señalde lo difícil que va a resultar la tarea.

SEIS MESES

Ninguno de los portavoces del resto de grupos negó que alcanzar el pacto va a ser difícil. De momento la subcomisión tienen un plazo de seis meses para conseguirlo, aunque el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, ya ha manifestado que le parece corto.