El estadounidense José Padilla, de origen puertorriqueño, fue condenado hoy a 17 años y cuatro meses de prisión tras ser declarado culpable en agosto pasado de formar parte de una célula de apoyo a la organización terrorista Al Qaeda. La sentencia dictada hoy en Miami por la jueza Marcia Cooke es mucho menor que la petición de la Fiscalía federal de 30 años a cadena perpetua.

Tras tres meses de juicio, Padilla, junto al libanés Adham Amin Hassoun, de 45, y Kifah Wael Jayyousi, de 46 y origen jordano, fue hallado culpable de formar parte de una célula de apoyo a Al Qaeda. La jueza condenó a Hassoun, quien según las autoridades estadounidenses reclutó a Padilla, a 15 años y ocho meses de cárcel y a Kifah Wael Jayyousi a 12 años y ocho meses de prisión. Según la acusación de la Fiscalía, los tres imputados estaban implicados en una conspiración vinculada a conflictos armados surgidos en países como Somalia, Kosovo, Afganistán o Chechenia.

Padilla, conocido también como Abdullah al-Muhajir, fue arrestado en el aeropuerto O'Hare de Chicago el 8 de mayo de 2002 como sospechoso de conspirar para detonar una "bomba sucia" radiactiva en una ciudad de Estados Unidos, pero esa acusación no formó parte del juicio civil. En junio de ese año fue calificado como "combatiente enemigo" por una orden ejecutiva del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y transferido a una base militar de Carolina del Norte, donde permaneció detenido tres años y medio.

En esa instalación militar estuvo incomunicado sin que se le presentaran cargos y luego fue transferido a la justicia civil, pero en el juicio celebrado contra él en un tribunal de Miami (Florida) no se incluyó la acusación relacionada con la "bomba sucia".

El Gobierno estadounidense sostuvo que tenía derecho a detener sin cargos y sin juicio como "combatientes enemigos" a individuos, incluyendo a estadounidenses, en el contexto de su política de guerra contra el terrorismo. Sin embargo, Amnistía Internacional calificó en su momento la detención de Padilla y los arrestos que se realizaran bajo esa argumentación como una violación al derecho y a las normas internacionales.

Los abogados de Padilla, un ex pandillero convertido al islám, alegaron que éste fue torturado por agentes del Gobierno estadounidense durante el tiempo que permaneció detenido en la base militar de Carolina del Norte. Su defensa sostuvo durante el juicio que los agentes infligieron intencionadamente a su defendido "daño psicológico y sufrimiento", lo que EEUU ha negado. Asimismo, señalaron que Padilla nunca perteneció a ningún grupo terrorista y que si viajó a Egipto fue para estudiar el islám y aprender el idioma árabe.