Victoria García y José Roselló, los padres del pequeño Julen, revivieron este lunes ante el Juzgado de Instrucción 9 de Málaga lo ocurrido ese domingo 13 de enero, cuando se disponían a pasar una tranquila jornada familiar en el campo y antes de que pudieran hacer nada el niño de años se precipitó por un estrecho pozo de 71 metros de profundidad y falleció. La familia acudió a la sede judicial escoltada por David Serrano, dueño de la finca de Totalán (Málaga) donde se localizaba el pozo y único imputado en este caso por homicidio imprudente. La abogada de la familia ha emplazado a que concluya la investigación para decidir si realizan acusación y contra quien.

Visiblemente afectados por tener que recordar ese momento, los padres han prestado declaración como testigo por separado durante cerca de hora y media. A la salida, y con los ojos llorosos, no han querido hacer declaraciones, mientras su letrada pedía respeto a la familia para que puedan hacer un duelo tranquilo, recordando que es el segundo hijo que pierden. Fuentes judiciales explicaron que los progenitores del menor han reiterado la versión ofrecida a la Guardia Civil en aquellos días de enero, explicando lo que recordaban. No tienen por qué hacer una declaración distinta, no son perfiles que tengan que mentir, aclaró la abogada.

Ese relato que han repetido este lunes pasa porque mientras el padre ayudaba con los preparativos de la comida familiar, el niño, que jugaba con la hija de Serrano, también de dos años, salió corriendo y antes de que pudieran hacer nada se precipitó dentro del pozo. La madre se había alejado unos metros y estaba hablando en esos momentos por teléfono, por lo que no se percató de lo que pasaba hasta que oyó los gritos de su pareja y la prima de éste, Adriana, compañera sentimental del propietario de la parcela y también citada este lunes como testigo. Según relataron a los agentes, escucharon llorar al pequeño durante unos instantes. La estrechez del agujero sorprendió a los servicios de salvamento, que para llegar a Julen tuvieron que rebajar el monte, abrir un pozo paralelo luchando contra la dureza de la piedra y, por último, excavar manualmente una galería para que los mineros de rescate pudieran alcanzar el punto donde estaba su cuerpo ya sin vida. La autopsia señaló que el niño falleció ese mismo día a causa de los traumatismos en la cabeza.

TESTIMONIO CLAVE

La declaración de los tres se ha centrado por tanto en las circunstancias en las que transcurrió ese mediodía del 13 de enero y cómo estaban ubicados en el terreno. El testimonio de Roselló es clave en la causa para determinar las condiciones en las que estaba en ese momento el pozo, dado que junto a su prima fueron los únicos que vieron caer al niño. Los padres de Julen reconocieron haber sido advertidos de la existencia de una pequeña prospección en un extremo de la parcela, y según indicó en su momento el padre, cuando vio caer al niño retiró unas piedras que había al borde del pozo para que no se cayeran encima del niño. También apuntó la existencia de unos bloques de hormigón junto al pozo, con los que supuestamente Serrano lo había tapado, pero estaban separados, no se sabe si antes o a causa de que el niño cayera.

Pese a la imputación de Serrano por un supuesto delito de homicidio imprudente, tal y como solicitó la Fiscalía, la familia de Julen ha cerrado filas con el dueño de la parcela y pareja de la prima del padre del niño. De hecho, los cuatro han acudido juntos al juzgado y Serrano se ha mostrado en todo momento protector con los padres del menor, apartando incluso a la prensa para abrirles paso y pidiendo respeto para ellos. Son una familia, justificó la abogada de los padres, reiterando que la instrucción está aún en una fase muy inicial y que habrá que esperar a a que la justicia establezca si hay responsables. Por eso, emplazó al fin de la investigación para determinar si como acusación particular realizan o no acusación y contra quién, según indicó la letrada, que es experta en demandas por responsabilidad civil. En su declaración del pasado viernes, el dueño de la parcela indicó que había alertado a sus invitados de la existencia del sondeo de agua, pero que jamás pensó que pudiera suponer un peligro de muerte, sino que podía provocar lesiones a quien se tropezara con él.

Las citaciones de los padres y la pareja del dueño de la finca se producen a petición de la Fiscalía, que reclamó su comparecencia en calidad de testigos. El miércoles están citados también como testigos los tres senderistas que paseaban por el Cerro de la Corona y se acercaron a la parcela al oír los gritos. Ellos fueron quienes alertaron en primer lugar a los servicios de emergencias. En días posteriores comparecerán los primeros agentes de la Guardia Civil que acudieron a la zona para socorrer al niño y el pocero que realizó la prospección, así como el obrero que hizo una zanja junto al pozo.