Kate y Gerry McCann, padres de la niña británica Madeleine desaparecida en mayo del 2007 en Portugal, dijeron ayer que nunca abandonarán la búsqueda de su hija, después de que la Fiscalía lusa archivase el caso por falta de pruebas y levantara la condición de sospechosos que pesaba sobre ellos.

En una breve comparecencia ante la prensa, la pareja dio la bienvenida a la decisión de la Fiscalía de levantar la condición de "arguidos" o sospechosos que pesaba sobre ellos, pero aseguró que no tenían nada que celebrar.

"Es difícil describir la desesperación que sentimos al ser nombrados "arguidos" y posteriormente ser retratados en la prensa como sospechosos de la desaparición de nuestra propia hija", dijo Kate McCann en Rothley, junto a la casa familiar.

DOCUMENTACION ADICIONAL En este sentido, el matrimonio pretende acceder a informes hasta la fecha restringidos por la Policía portuguesa para ponerlos en manos de los detectives privados que contrataron y continuar con la búsqueda de la pequeña, desaparecida pocos días antes de cumplir cuatro años de edad.

Así, la pareja mantiene la esperanza de que su hija continúe viva y, por ello, aspiran a contar con documentación adicional para profundizar en un caso que volvería a abrirse en caso de que aparezcan pruebas "serias y relevantes" que permitiesen avanzar a la investigación, según recogió el fiscal general luso, Fernando Pinto Monteiro.

Para ello, sus abogados solicitarán a la Fiscalía el acceso a los expedientes oficiales en base al interés que éstos representan para la familia y se prevé que a finales de esta misma semana puedan ya contar con los miles de documentos existentes, si bien fue precisamente su análisis el que llevó a la Fiscalía a cerrar el caso por la falta de evidencias para "ir más allá" en la búsqueda de Madeleine.

DESAPARICION Sin embargo, los McCann consideran que la revisión de todos los procesos arrojará luz sobre el destino de la pequeña, especialmente en el caso de las primeras horas transcurridas tras su ausencia, consideradas cruciales en toda investigación de desapariciones y que abarcarán desde todas las llamadas recibidas para facilitar información hasta el propio cronograma de los pasos dados por los responsables de la operación.

Murat, primero, y los padres de Madeleine después, fueron los únicos sospechosos oficiales de la Policía lusa, que al principio se centró en la hipótesis de un rapto relacionado con pederastas y luego en una muerte accidental de Madeleine que sus padres habían ocultado.

Pero la decisión de la Fiscalía deja claro que los detectives no probaron la presunta implicación de Kate y Gerry McCann, que siempre defendieron su inocencia. La pareja de médicos británicos organizó una campaña internacional para buscar a Madeleine, pero dejaron Portugal en septiembre pasado, después de ser sometidos a intensos interrogatorios y declarados "arguidos". Los principales indicios contra los padres surgieron cuando la Policía británica les proporcionó dos perros especialmente entrenados para detectar rastros de sangre y de cadáveres.

Los canes encontraron indicios de los dos tipos en efectos personales de la pareja, en su apartamento y en un automóvil que alquilaron después de la desaparición de la niña. Pero las muestras recogidas no permitieron identificar al cien por cien el ADN de Madeleine.