Kate y Gerry McCann, considerados sospechosos de la desaparición de su hija Madeleine, viajaron hoy al Reino Unido en un vuelo regular que abordaron tras entrar al aeropuerto por un área reservada, rodeada de periodistas y policías. El matrimonio, que ha confesado sentirse asustado por las acusaciones de que mataron accidentalmente a la niña y ocultaron el cadáver, partió a las 08.30 GMT con sus dos hijos gemelos de dos años y otros familiares en un vuelo de Easy Jet rumbo a East Midlands.

Decenas de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión siguieron el cortejo de los McCann desde su casa de alquiler en Playa de la Luz hasta el cercano aeropuerto de Faro, en el sur de Portugal, ante la mirada de efectivos de la policía que organizaron el tráfico y evitaron tumultos. Equipos de la televisión británica abordaron el mismo avión de los McCann, que estaba lleno, mientras algunos periodistas portugueses protestaban porque los portavoces de la pareja sólo advirtieron con tiempo del viaje a medios anglosajones.

Los portavoces de los McCann, que el sábado atendieron exclusivamente a medios de su país en medio de un creciente malestar del matrimonio por las publicaciones de la prensa lusa, confirmaron que decidieron regresar al Reino Unido a última hora, después de haber dicho que seguirían en Portugal para "limpiar su nombre". Según los portavoces, las autoridades portuguesas estuvieron de acuerdo con el viaje, que no tiene impedimento legal por la condición oficial de "arguidos" o sospechosos que les fue impuesta el viernes, tras largos interrogatorios sobre restos de sangre y otras evidencias encontrados en su automóvil y objetos personales.

Salida permitida

Fuentes oficiales lusas confirmaron que la policía portuguesa estaba al corriente de la salida del país de los McCann, que según la legislación local pueden regresar al Reino Unido, aunque tengan la condición de "arguidos", si lo comunican y la justicia no pone objeciones. Las autoridades portuguesas sospechan que los padres de Madeleine están involucrados en la muerte accidental y el ocultamiento del cadáver de su hija de cuatro años, oficialmente desaparecida el pasado 3 de mayo, según han filtrado a la prensa los investigadores.

El matrimonio de médicos británicos llegó el pasado 30 de abril a Playa de la Luz, en el Algarve, para pasar unas vacaciones con un grupo de amigos y permaneció allí tras la desaparición de Madeleine, para cuya búsqueda organizaron una campaña internacional y viajes a varios países con una enorme repercusión informativa. La policía nunca encontró rastro alguno de la niña, que desapareció cuando dormía con sus hermanos mientras los padres cenaban en un restaurante cercano, pero declaró en mayo sospechoso formal del caso al británico Robert Murat, vecino de la zona donde pasaban sus vacaciones los McCann.

El matrimonio pasó sus últimas horas en Portugal recluido en su casa de alquiler de Playa de la Luz y muy abatido según fuentes de la familia. Su situación cambió dramáticamente cuando el pasado jueves llegaron a Portugal los resultados del análisis practicado en el Reino Unido a muestras de sangre y restos biológicos detectados en agosto por perros especialmente entrenados en el coche, ropas y efectos personales de la pareja.

La Policía interrogó el viernes a Kate durante 16 horas y a Gerry durante 8 y decidió cambiar su condición en el caso, según informó su abogado, de "testigos" a "arguidos" por los indicios que les relacionan con la hipotética muerte de su hija. En las únicas declaraciones dadas en las últimas horas, Gerry McCann expresó al periódico británico "News of the World" su preocupación por el tratamiento de la policía y la presión que sufren para resolver el caso. "Creemos estar en nuestra peor pesadilla pero cada vez se vuelve peor y peor", lamenta el padre de Madeleine que asegura, según la edición electrónica del periódico: "no hemos matado a nuestra hija pero estamos luchando por nuestras vidas".