E l ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, zanjó ayer el desencuentro que las últimas semanas han mantenido varios miembros del Gobierno -el vicepresidente Pablo Iglesias y la ministra de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero, en concreto- a cuenta de la conciliación y la vuelta al cole. Escrivá despejó dudas y confirmó que el Gobierno «está dispuesto» a introducir «cambios normativos» para que las prestaciones de las bajas por incapacidad temporal por contingencias profesionales den cobertura a los padres que deban cuidar a sus hijos en cuarentena. La medida irá más allá de los colectivos vulnerables, que sí pueden optar a ayudas en algunas CCAA, como Cataluña.

El titular de Inclusión aseguró, durante la rueda de prensa posterior a la reunión de diálogo social, que tuvo lugar en Palma de Mallorca, que el Gobierno está «analizando la situación» y que ha concluido que el supuesto de padres con hijos que sean aislados pero que no estén contagiados «no está cubierto» por la normativa actual. «Para hacerlo hay que introducir un cambio normativo», dijo Escrivá, quien emplazó a principios de la semana que viene a patronal y sindicatos para que aporten su punto de vista al respecto.

Los sindicatos llevan tiempo reclamando ampliar la cobertura de la baja laboral, que actualmente protege a los trabajadores que sean puestos en cuarentena o a aquellos cuyos hijos estén enfermos por el covid-19, pero no a los padres de niños que, aunque no estén infectados ni tengan síntomas, requieran aislamiento.

Desde la patronal, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha criticado en varias ocasiones la falta de información por parte del Gobierno, así como las múltiples versiones comunicadas por distintos de sus miembros, al tiempo que ha puesto el foco en que la figura que se utilice sea la incapacidad temporal por contingencias profesionales.

Las bajas por enfermedad profesional permiten al trabajador cobrar la prestación desde el primer día, por un mayor porcentaje del salario y con cargo a la Administración. Por contra, en la incapacidad temporal por enfermedad común, el empleado percibe una menor cuantía, a partir del cuarto día de baja, y la empresa debe hacerse cargo del abono de parte de la prestación.

Colectivos como el sanitario ven con preocupación que se adopte la figura de la baja laboral, que expiden precisamente los médicos. Una baja para cuidar a un niño que no está enfermo, sino solo en cuarentena, «puede convertirse en una perversión de acto médico y puede derivar en un colapso de los CAP en plena epidemia», advirtió el jueves en un tuit el presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, Jaume Padrós.

La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap) advirtió, ayer, por su parte, de que los niños con inmunodeficiencias graves no deberían acudir al colegio por ser un grupo de riesgo, y ha recordado la importancia de vacunarles frente a la gripe tanto a ellos como a los asmáticos.

Los pacientes con inmunodeficiencias primarias (IDP) son considerados grupo de riesgo frente al covid-19 por su alta vulnerabilidad frente a las infecciones, pero los pediatras advierten de que la evidencia demuestra que solo algunas formas de IDP pueden considerarse de riesgo elevado.

H