La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) redoblará sus movilizaciones después de que ayer el PP diera la puntilla en el Congreso a la iniciativa legislativa popular (ILP) de la dación en pago, la paralización de desahucios y la promoción del alquiler social, respaldada por casi un millón y medio de firmas y que ha acabado totalmente desdibujada en su recorrido en la Cámara baja. En el frente político, el PSOE e Izquierda Plural (IU, ICV y CHA) actuarán de pinza presentando de nuevo el contenido de la ILP a través de proposiciones de ley que deberán debatirse en el pleno del Congreso.

La portavoz de la PAH, Ada Colau, explicó ayer a este diario que las campañas ya existentes crecerán y que habrá nuevas. Y en varios campos. La plataforma seguirá parando desahucios --han detenido más de 600-- y con las ocupaciones de inmuebles vacíos de los bancos, en lo que la PAH define como su "Obra social". Llevan 10 ocupados.

Otro frente será el legal: "Si nos cierran la vía política, nos queda la judicial", dice Colau, que vaticina un gran embrollo por el hecho de que el Gobierno, dice, no ha tenido suficientemente en cuenta la sentencia del Tribunal de la UE que establece que la normativa española que regula los desahucios es ilegal porque no permite al usuario defenderse de cláusulas abusivas. Eso se traducirá en un alud de demandas de paralización. Los abogados de la PAH también preparan documentos para que los afectados cuyo caso está ya cerrado puedan reclamar.

El escrache llegará a los senadores del PP. Si bien no existen grandes esperanzas de que pueda haber cambios en el texto, la PAH agotará el trámite de la Cámara alta, y por ello ha previsto, con toda discreción, que la presión pública llegue también a los senadores del partido de Mariano Rajoy. Eso no impide que algún diputado popular sea asismismo objeto de escrache a partir de hoy, pero en este caso ya no para ser persuadido para que cambie su voto, algo que ya no es posible, sino para señalarlo como corresponsable del rechazo a la ILP. Hay un escrache convocado para esta tarde en el madrileño barrio de Argüelles en el que se portarán solo los carteles rojos del No quieren. Otros dos objetivos de la PAH son el de internacionalizar su denuncia y el de lograr que aumente la objeción de conciencia contra los desahucios que ya han demostrado integrantes de algunos gremios, como los bomberos y policías que se niegan a colaborar.

ANUNCIO SORPRESA Poco antes de que empezara el debate, Colau hizo público ayer que retiraba la ILP ante su desfiguración. Se trata, sin embargo, de un mero gesto simbólico porque el reglamento del Congreso no lo permite. Como el PP se negó a que la ley se debatiera en el plenario, la reducida comisión de Economía fue el escenario de la puntilla final a la ILP. El público solo pudo seguir la sesión por televisión, el plasma que tan de moda ha puesto Rajoy. Las enmiendas que recogían las propuestas de la PAH, presentadas por el portavoz de Izquierda Plural, Joan Coscubiela, salieron derrotadas por 21 contra 23, el mismo porcentaje con que salió apoyado el texto del PP. Del total de 238 enmiendas de la oposición solo salieron adelante dos irrelevantes formladas por UPN.

LETANIA DE REPROCHES La sesión fue una letanía de reproches al PP. El discurso con más significado político fue del portavoz de UPD, Carlos Martínez Gorriarán, porque supo reflejar la soledad con que los conservadores han acabado defendiendo la reforma. UPD rechaza la dación en pago pero había presentado una alternativa, la ley de segunda oportunidad para los deudores, en la que estaban de acuerdo todos los partidos y sobre la que el propio PP había lanzado mensajes positivos. Pero también la rechazó. Tras revelar estos entresijos, Gorriarán lanzó esta perorata: "Es muy relevante que nos hayamos puesto de acuerdo nacionalistas, socialistas y nosotros que discrepamos en tantas cosas. Hoy es una jornada de luto. Van a ganar, pero como decía Pirro, otra victoria como esta y estamos perdidos".

El momento más emotivo ocurrió cuando el representante de Amaiur, Rafael Larreina, leyó cartas de afectados. "Prefiero morir que seguir así. No puedo más. Mi única esperanza es que si me muero libraré de la deuda a mis hijos", decía uno de los documentos. El portavoz del PP, Vicente Martínez Pujalte, inmune a las críticas, que tachó de "demagogia", defendió una vez más las "importantísimas mejoras" que introduce el texto y volvió a rechazar la dación en pago. Fuentes del PP argumentaron que la fórmula que propone la PAH es "un disparate" porque podría incluir casos "como el del chalet de Pedralbes", ejemplo que los asistentes interpretaron como una referencia a la casa de Urdargarín.