El Gobierno de Pakistán aseguró ayer que estaba poniendo freno a las actividades de las organizaciones caritativas vinculadas a organizaciones islamistas ante el temor de que intenten capitalizar entre los damnificados por las inundaciones la ira contra el Gobierno de Islamabad. "A las organizaciones prohibidas no se les permite visitar las áreas afectadas por las inundaciones. Arrestaremos a los miembros de las organizaciones prohibidas y los juzgaremos según la ley antiterrorista", declaró a Reuters el ministro del Interior, Rehman Malik.

Las organizaciones caritativas islamistas se han movido con celeridad para llenar el vacío dejado por un Gobierno superado por las dimensiones del desastre. No será la primera ocasión en que el Ejecutivo anuncia medidas restrictivas contra dichas organizaciones de caridad. Las voces críticas, además, ponen en duda la verdadera voluntad del Gobierno paquistaní de poner coto a dichos grupos.

Mientras, en Nueva York, la comunidad internacional prometió transferir 200 millones de dólares suplementarios para ayudar a las víctimas de las inundaciones, según indicó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Al visitar el país, el domingo, dijo no haber visto "nada" igual.