Los controvertidos hobbits de Flores, los homínidos de pequeña talla hallados en el 2003 en la isla indonesia del mismo nombre, tienen desde esta semana unos parientes lejanos que contribuirán sin duda a prolongar el debate científico. En la república de Palau, un remoto archipiélago de Micronesia situado a 2.300 kilómetros de Flores, unos paleontólogos han desenterrado los restos de otra extraña población de hombres diminutos que vivieron hasta épocas recientes, hasta hace unos 1.400 años, pero que no son idénticos al proclamado Homo floresiensis . El debate, claro está, versa sobre si ambas poblaciones deben ser consideradas especies únicas o, como varios estudios sugieren, son simplemente sapiens modernos con algún problema de crecimiento.

En la investigación, que se ha publicado en el último número de la revista Plos (Public Library of Science ), han participado investigadores de las universidades de Witwatersrand, en Suráfrica, y de Duke y Rutgers, en EEUU, con el patrocinio de la National Geographic Society. Los investigadores, encabezados por Lee Berger, encontraron los huesos en unas cuevas situadas en las llamadas Rock Islands, en el sur de Palau.

"Estábamos haciendo una excursión en kayak cuando un guía me preguntó si quería ver una cueva con huesos --relata Berger--. Vi un pequeño cráneo y enseguida supe que se trataba de algo importante". La densidad de huesos era extraordinaria, pues se recuperaron más de 1.200 fragmentos tras excavar 50 centímetros en un metro cuadrado de suelo. Quizá se trataba de un lugar de enterramiento.

Los hobbits de Palau tienen una estatura similar a la de los de Flores, alrededor de 110-20 centímetros los adultos varones, y comparten unos dientes grandes, pero en otros aspectos, como la morfología del cerebro y la mandíbula, se parecen más a un hombre actual. Los análisis revelan que un varón pesaba 43 kilos y 29 kilos una mujer.