-- Yo de mayor quería ser ´galáctico´, ¿y usted?

-- Médico, a secas.

-- Policía, árbitro...¿es todo un ejemplo para el modelo paritario de Rodríguez Zapatero?

-- Intento ser yo y hacer mi trabajo le mejor que puedo. Nunca he sentido rechazo. Tal vez, sí te obliga a esforzarte más para estar a la altura.

-- Lo de sargento de hierro, ¿es sólo cuestión de imagen?

-- Intento cumplir con la ley en una y otra profesión. No respondo a esa imagen de mujer dura. Es pura fachada. Es el resultado de realizar tareas poco habituales en mujeres.

-- ¿Quién manda en su casa?

-- Ahora mis padres. En un futuro...supongo que yo (risas).

-- ¿Y qué se siente todo el día con un pito en la boca?

-- (Risas) Nada en especial. Sólo lo utilizo para el trabajo... el silbato, se entiende.

-- ¿Cómo lleva lo de compartir vestuario cada domingo?

-- Bien. Sin ningún problema. Mis compañeros me respetan.

-- ¿Y nunca ha sentido que la miran de reojo?

-- No, soy una más del trío arbitral, somos profesionales.

-- Tal y como está el arbitraje, ¿la han piropeado alguna vez en un campol de fútbol?-- Alguna vez, aunque son excepciones. Pero, que la gente te espere tras un encuentro para felicitarte, también es un piropo.

-- ¿Usted suele hacer el amor antes del partido del domingo?-- Cuando puedo. Antes y después de arbitrar (risas).

-- Decídase, ¿Pier Luigi Colina o el agente secreto 007?-- Los dos tienen su sex appeal , pero me quedo con Colina.

sex appeal

-- ¿Qué le pone más, una tarjeta roja o conectar la sirena del coche patrulla?-- Ninguna de las dos. Sobre todo, porque cuando eso ocurre es porque se ha roto la normalidad en las reglas del juego. Y eso no me pone nada.

-- ¿Ha cumplido sus sueños?-- Todavía no, de momento.

-- ¿Pues cuénteme el suyo?-- Hoy me parece inalcanzable, pero llegar a arbitrar en la

Liga de las Estrellas