TCton relativa frecuencia en la cocina, gastronomía o restauración (me suena mal está palabra) se venden alimentos, elaboraciones o fórmulas culinarias como si se hubieran inventado hace cinco minutos, cuando muchas de ellos tienen cientos o miles de años. Un ejemplo de esto lo tenemos en el llamado pan de pita, que se nos está poniendo de actualidad, principalmente en la llamada cocina fusión. En ocasiones aparecen en la carta como si fuese una delicatesen y hubiera sido un presentimiento de la noche anterior del cocinero de turno.

El pan de pita tiene su origen en el medio oriente, concretamente en el Egipto faraónico, aunque se extiende hacia todos los pueblos africanos primitivos en la misma Grecia clásica. Este tipo de pan no solo es un alimento, también se utiliza en algunos pueblos como una cuchara o tenedor, pues se sirven para tomar los alimentos de un recipiente común. En tierras europeas el pan de pita ya era conocido desde las invasiones de los pueblos bárbaros. Sin embargo, a mediado del siglo XX se extiende la costumbre por toda Europa, junto con una elaboración judía ancestral como era el Tajine o Hummus.

Posiblemente donde ha tenido más popularidad ha sido en la tradición culinaria árabe, donde es muy utilizado durante el periodo del Ramadan. También es muy frecuente en la cocina griega de donde toma el nombre, ya que pita deriva del griego y significa pastel o pan. Y como estamos en un mundo globalizado, el pan de pita no podía ser menos y también ha cruzado el charco, pues en diversos países americanos se ha popularizado debido a la emigración libanesa y judioárabe y, en especial, en Colombia cuya tradición es acompañarlo con arroz con almendras o con kibbe.

Pero al margen de toda esta historia, el lector puede elaborar su propio pan de pita y disfrutar con los suyos de una saludable preparación que la puede acompañar con cualquier alimento que desee. Solo tiene que tomar harina de fuerza, agua, un poco de sal y levadura y aceite de oliva. Con estos simples ingredientes realizamos una masa y fabricamos unas pequeñas tortas que horneamos.

Además sepa que existen innumerables páginas web donde nos dan la recete y los modos de realizarla. Lo que sí es verdad, que la próxima vez que nos anuncien el pan de pita, sepan que es una vieja receta que el hombre de las primeras culturas la inventó, por decirlo así, y no ningún cocinero de papel cuché.

Ya que andamos con este pan, otra especialidad, de similares características y modos culinarios son las llamadas sopaipas o fritillas, cuya diferencia es que la susodicha torta se fríe en lugar de hornearla. La fritilla se suele consumir con miel o azúcar, mientras que el pan de pita es acompañante de múltiples elaboraciones.