El tiempo -42 años desde el estreno de la primera película- se ha cobrado víctimas entre los intérpretes de la saga galáctica, algunos tan emblemáticos como Carrie Fisher y Alec Guinness. También han fallecido dos de sus directores. Con motivo del estreno, el viernes, 20 de diciembre, de la última entrega de la trilogía definitiva, aquí va un recuerdo para los que no están.

CARRIE FISHER (1956-2016)

No lo tuvo fácil la hija del cantante Eddie Fisher y la actriz Debbie Reynolds para convertirse en actriz. El papel de la princesa Leia Organa en la serie ‘La guerra de las galaxias’, ‘El imperio contraataca’ y ‘El retorno del Jedi’ la catapultó a un estrellato parcial. Sin embargo, la adicción a la cocaína, iniciada en el rodaje del segundo filme, y un trastorno bipolar fueron trabas insalvables para que pudiera asentarse en el cine.

Carrie Fisher, en la primera entrega, junto con Mark Hamill y Harrison Ford.

La compleja relación con su madre dio pie a ‘Postales desde el filo’, novela escrita por ella misma en 1987 y llevada al cine, con Meryl Streep como ella y Shirley MacLaine en el papel de Debbie Reynolds. Lucas y J. J. Abrams volvieron a reclamar a todo el equipo (Fisher, Mark Hamill y Harrison Ford) para la última trilogía, un gancho emotivo e inapelable. Sin embargo, la actriz falleció el 27 de diciembre del 2016 y un día después lo hizo su madre. En ‘Star Wars: el ascenso de Skywalker’, la mítica Leia aparece en imágenes de archivo.

ALEC GUINESS (1914-2000)

En las tres primeras películas de la trilogía -los episodios 4, 5 y 6 en sentido cronológico-, sir Alec Guinness interpretó a Ben Obi-Wan Kenobi. Ganador de un Oscar en 1958 por su papel en la película ‘El puente sobre el río Kwai’, el actor inglés vivía su momento de esplendor cuando Lucas le convenció para dar vida al veterano caballero Jedi, mentor de Anakin y Luke Skywalker.

Alec Baldwin, como Obi-Wan Kenobi, el 'british' caballero 'jedi'.

En 1979, entre los rodajes de ‘La guerra de las galaxias’ y ‘El imperio contraataca’, Guinness encarnó a George Smiley, el agente secreto creado por John Le Carré en la prestigiosa miniserie ‘Calderero, sastre, soldado, espía’, repitiendo el personaje en otra serie de 1982, ‘Los hombres de Smiley’.

En un reparto plagado de actores desconocidos, Guinness ofreció en aquellas tres primeras aventuras galácticas una auténtica nota de distinción. Aunque fallecido, el espíritu del personaje (y de Guinness) sigue vivo en toda la saga.

CHRISTOPHER LEE (1922-2015)

Lee fue el rival de Cushing en Hammer Films y el primer Drácula en color y sexualizado. El actor inglés, elegante y cultivado, supo integrarse bien en el cine de género y a la vez entendió el sentido experimental de Pere Portabella, con quien colaboró en ‘Vampir, cuadecuc’ y ‘Umbracle’.

Lee, como oscuro conde Dooku en 'El ataque de los clones' y 'La venganza de los Sith'.

Lo de Lee fueron las sagas: la de Drácula, la de Fu Manchú, la galáctica, ‘El señor de los anillos’ y ‘El Hobbit’ (como Saruman). Encarnó también a Rasputín en la película homónima y a ‘La momia’, y fue el villano Francisco Scaramanga en una aventura de James Bond, ‘El hombre de la pistola de oro’.

Lucas lo incorporó a su universo en los episodios 2 y 3 -'El ataque de los clones’ y ‘La venganza de los Sith’- como el conde Dooku, un lord oscuro de los Sith. También prestó su voz al personaje en la cinta de animación ‘Star Wars: the clone wars’. Aunque tenía 80 años cuando se adentró por el lado oscuro, su porte y voz seguían siendo tan inquietantes como antaño.

KENNY BAKER (1934-2016)

Muy poca cosa había hecho Kenny Baker en la televisión y el cine británico cuando en ‘La guerra de las galaxias’ apareció dentro del robot R2-D2, compañero inseparable de C-3PO. Lucas se inspiró en dos personajes de ‘La fortaleza escondida’, de Akira Kurosawa, para tan peculiar pareja cómica de metal. Paradójicamente, Baker y Anthony Daniels, el más espigado C-3PO, tuvieron siempre una mala relación en los rodajes.

El actor dentro del robot R2-D2, Kenny Baker.

Baker medía un metro y 12 centímetros y empezó a actuar en compañías de circo ambulantes. Pese a ser un trabajo ‘anónimo’, siempre estuvo a gusto dentro del caparazón de metal y los cables y circuitos del simpático androide. Lo representó en las dos primeras trilogías. El personaje no aparece en ‘El despertar de la fuerza’, y en los dos últimos filmes lo encarna Jimmy Vee. Baker también intervino en ‘El hombre elefante’, ‘Flash Gordon’, ‘Los héroes del tiempo’, ‘Amadeus’ y ‘Dentro del laberinto’.

PETER CUSHING (1913-1994)

La productora Hammer Films y el director Terence Fisher lo convirtieron en uno de los mejores doctor Frankenstein y profesor Van Helsing, el archienemigo de Drácula, del cine de terror británico. También había sido Sherlock Holmes y luchado contra la Momia y la Górgola. A nadie extrañó que Lucas, fan del género, lo escogiera en ‘La guerra de las galaxias’ para el papel del tiránico gobernador Grand Moff Tarkin, uno de los grandes aliados de Darth Vader y el terror de las galaxias.

Cushing, en el papel del tiránico gobernador Grand Moff Tarkin.

No repitió en los siguientes filmes, al morir su personaje en la explosión de la Estrella de la Muerte, aunque la tecnología de la imagen generada por ordenador de Industrial Light and Magic permitió que reviviera en ‘Rogue one: una historia de Star Wars’. El actor Guy Henry se encargó de realizar los movimientos del personaje y Cushing, digitalmente, volvió a ser el malvado Tarkin. El actor había fallecido a causa de un cáncer de próstata.

IRVIN KERSHNER (1923-2010)

Empezó realizando documentales y episodios de series televisivas, pero a partir de la década de los 70 se convirtió en un auténtico especialista en continuaciones y segundas partes: además de ‘El imperio contraataca’, dirigió ‘La venganza de un hombre llamado caballo’, ‘Robocop 2’ y ‘Nunca digas nunca jamás’, el retorno de Sean Connery al personaje de James Bond. Kershner, curiosamente, había dirigido al actor escocés en uno de los filmes que este protagonizó en 1966 cuando empezaba a estar harto de ser el agente 007: ‘Un loco maravilloso’.

Kershner, director de 'El imperio contraataca'. /

Agotado por la experiencia de ‘La guerra de las galaxias’, Lucas confió en un director experto pero tampoco muy conocido, no demasiado académico y, sobre todo, nada conflictivo. Para muchos seguidores de la saga, ‘El imperio contraataca’ continúa siendo una de las mejores entregas. Ninguna ha conseguido la misma densidad dramática sin dejar de lado el puro espectáculo.

PETER MAYHEW (1944-2019)

Peter Mayhew casi doblaba a Kenny Baker en estatura: medía dos metros y 21 centímetros. Por su altura fue elegido para ponerse dentro del peludo traje de Chewbacca, el fiel ‘wookie’ que surca los espacios junto con Han Solo. Su filmografía se reduce prácticamente a este cometido, aunque unos meses antes de ‘La guerra de las galaxias’ intervino sin acreditar en una producción de Ray Harryhausen titulada ‘Simbad y el ojo del tigre’.

El actor, de 2,21 metros, fue el 'interior' de Chewbacca hasta 'El despertar de la fuerza'.

Mayhew engrosó la lista de ilustres desconocidos detrás de las máscaras de R2-D2, C-3P0 o Darth Vader, y repitió el cometido de Chewbacca en todos los filmes hasta ‘El despertar de la fuerza’, apareciendo también con este papel en ‘Los Teleñecos’, varios cortos y especiales.

El jugador de baloncesto finlandés Joonas Suotamo lo dobló en las escenas de acción de ‘El despertar de la fuerza’, y lo acabó sustituyendo definitivamente en las dos siguientes películas y en el ‘spin off’ ‘Han Solo: una historia de Star Wars’.

RICHARD MARQUAND (1937-1987)

De origen galés, debutó como realizador televisivo en 1963, dirigió en la primera mitad de los años 70 varios cortos documentales y no hizo su primer largometraje de ficción hasta 1978, ‘El legado’, un filme de terror en el que el personaje encarnado por Roger Daltrey, el cantante de los Who, moría asfixiado a causa de un hueso de pollo.

El director de 'El retorno del Jedi', Richard Marquand.

Tras dirigir su mejor película, ‘El ojo de la aguja’ (1981) con Donald Sutherland en la piel de un espía nazi hospedado en una granja inglesa, Marquand fue seleccionado por Lucas para rodar ‘El retorno del Jedi’. No era la primera opción (Lucas había tanteado antes a David Lynch, que declinó la oferta porque se había embarcado en ‘Dune’), pero salió bien: tan poco problemático como Irvin Kershner, dotó al filme de un satisfactorio cruce entre aventura y comedia. Marquand se convirtió en fan número uno de lo que hacían Lucas y Spielberg. Su carrera quedó truncada muy pronto: murió de un ataque al corazón a los 49 años.