Benedicto XVI ha enviado su "cercanía espiritual y sincero afecto" a los que se "esfuerzan por construir un mundo más justo y fraterno" en el tradicional ángelus de Año Nuevo y en el día en que la Iglesia celebra la 46 Jornada Mundial de la Paz, que este año se celebra bajo el lema Bienaventurados los que trabajan por la paz.

Ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Pontífice ha recordado que en encomienda en esta solemnidad de Santa María a "todos los que, inspirados en la Palabra de Jesucristo, Luz de los pueblos, se esfuerzan por construir un mundo más justo y fraterno, cada vez más digno del hombre, y en el que no haya espacio para la guerra, las enemistades y las discordias".

Asimismo, el Pontífice ha rememorado el encuentro europeo de la Comunidad de Taizé, en la que participan más de 40.000 jóvenes y que concluye este 2 de enero, y ha remarcado la marcha por la paz en Roma promovida por la Comunidad de San Egidio realizada esta mañana.

Por otra parte, el Papa ha deseado feliz año a todos y ha enviado su bendición a cada hombre y mujer para "que el Señor cuide y haga resplandecer su rostro y conceda la paz".

Además, Benedicto XVI ha evocado el nacimiento en Belén de Jesús y su vida en Nazaret, que "ha hecho resplandecer el rostro de Dios en la Tierra Santa y que mediante la Iglesia animada por su Espíritu ha dado a toda la gente el Evangelio de la paz".

En este sentido, el Papa ha indicado que el canto de los cristianos "pasa por acciones concretas, en las acciones del amor que construyen el diálogo, la comprensión y la reconciliación" y ha agregado que por este motivo, la Iglesia celebra ocho días después de la navidad a María como Madre de Jesús, "príncipe de la paz, la Jornada Mundial de la Paz". Sí, el Pontífice ha asegurado que la misión de Jesús es "abatir el muro de la enemistad" ,por lo que bendice a los operadores de la paz que son los que "día a día, buscan vencer el mal con el bien, con la fuerza de la verdad, con las armas de la oración y del perdón, con el trabajo honesto y bien hecho, con la búsqueda científica al servicio de la vida, con las obras de misericordia corporales y espirituales". También ha apuntado que los que trabajan por la paz "son muchos pero no hacen ruido que, como la levadura en la pasta, hacen crecer la humanidad según el diseño de Dios".