El papa Benedicto XVI ha autorizado la apertura del proceso de beatificación de la monja portuguesa Sor Lucia, última de los videntes de la Virgen en Fátima, sin tener que esperar a que transcurran cinco años de su muerte, como establece el Código de Derecho Canónico. El anunció lo hizo hoy el Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el portugués José Saraiva Martins, en una ceremonia celebrada en la catedral de Coimbra (Portugal) con motivo del tercer aniversario de la muerte de la monja carmelita.

El Papa ha acogido así la instancia de abreviar la espera para comenzar el proceso de beatificación "presentada por el obispo de Coimbra, Albino Mamede Cleto" y que ha sido "compartida por muchos obispos y fieles de cada parte del mundo", según informó el Vaticano en una nota. En febrero de 2006, durante el traslado de los restos de la hermana Lucía a un nuevo sepulcro, en el lugar donde dijo haber visto y oído a la Virgen en 1917, los fieles se expresaron masivamente a favor de una rápida canonización.

Sor Lucía del Corazón Inmaculado (su nombre en la vida religiosa) descansa desde entonces junto a sus dos primos, Francisco y Jacinta Marto, con quienes asistió a las apariciones de la Virgen y que murieron poco después de las apariciones que aseguraron haber vivido. Ambos fueron beatificados el 13 de mayo de 1917. El postulador de las causas de canonización de Francisco y Jacinta, Luis Kondor, reveló que existe ya un milagro atribuido a la intercesión de sor Lucía, la curación de una niña argentina de cuatro años, enferma de síndrome hemolítico.

El Código de Derecho Canónico prevé que se tengan que esperar cinco años de la muerte para que se pueda abrir una causa de beatificación pero el Papa puede evitar esta norma en situaciones particulares. Así lo hizo Juan Pablo II en el caso de Madre Teresa de Calcuta, mientras que Benedicto XVI también autorizó el inicio inmediato de la causa de beatificación de Karol Wojtyla, dos meses después de la muerte del papa polaco. Lucía de Jesús de los Santos, que murió el 13 de febrero de 2005 a la edad de 97 años en un convento de Coimbra, era la depositaria de los tres misterios de Fátima, las revelaciones que le hizo la Virgen durante las apariciones.

El primero trataba sobre el fin de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y el segundo sobre la muerte prematura de Francisco y Jacinta. El último le fue revelado por la fallecida Sor Lucía al papa Juan Pablo II y está relacionado con el atentado sufrido por el Pontífice el 13 de mayo de 1981 en la Plaza de San Pedro, asegura la Iglesia católica. Según la Iglesia, el 13 de mayo de 1917, en el descampado conocido como Cova da Iria tres niños pastores, Lucía, Jacinta y Francisco, afirmaron que la Virgen se les había aparecido y les había dado un mensaje para el mundo. Lucia fue la única de los tres primos que aseguró haber oído las palabras de la Virgen.