El Papa celebró ayer una misa solemne en la basílica de San Pedro del Vaticano con motivo de la Inmaculada Concepción y en la que se conmemoró el 40 aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, que supuso una revolución en la Iglesia católica. Benedicto XVI dijo durante la ceremonia que sus antecesores "trabajaron incesantemente por la fiel interpretación" de lo acordado en aquella cumbre.

Ante miles de fieles reunidos en el plaza de San Pedro, Ratzinger afirmó que ese concilio, clausurado por el papa Pablo VI en 1965, fue "el acontecimiento eclesiástico más grande del siglo XX".

Resaltó la labor realizada por el citado pontífice, que en circunstancias repletas de adversidades sacó adelante el concilio.

Cada uno de sus predecesores, manifestó Benedicto XVI, supo guiar "con gran sabiduría pastoral la barca de Pedro por la vía de la auténtica renovación conciliar".

El Papa Benedicto XVI dio gracias a Dios por "el don del Concilio Vaticano II" y a la Virgen María "por haber acompañado estos 40 años de vida eclesial".