El papa Francisco ha dedicado este miércoles el mensaje de la primera Navidad de su pontificado a pedir la paz para los lugares del mundo donde reina la violencia y tuvo también palabras para los inmigrantes y las víctimas de las catástrofes naturales.

El Papa asomado al balcón de la Logia central de la basílica de San Pedro para la tradicional bendición 'Urbi et Orbi' ('A la ciudad y al mundo') comenzó su mensaje diciendo en italiano: "Hermanos y hermanas de todo el mundo: ¡Feliz Navidad!".

En su mensaje ha recordado que "las guerras destrozan tantas vidas y causan tanto sufrimiento" y después, en un larga plegaria, ha ido enumerando los lugares de la tierra donde existen conflictos rogando para que llegue la paz.

"Compromiso cotidiano"

Una paz, ha explicado el papa argentino, "que no es un equilibrio de fuerzas opuestas. No es pura fachada, que esconde luchas y divisiones. La paz es un compromiso cotidiano, que se logra contando con el don de Dios, con la gracia que nos ha dado en Jesucristo".

Ante una plaza de San Pedro a la que ha acudido 70.000 personas, según datos del Vaticano, Jorge Bergoglio ha recordado a "los niños que son las víctimas más vulnerables de las guerras", pero ha instado también a pensar "en los ancianos, en las mujeres maltratadas y en los enfermos".

"Sigamos rezando al Señor para que el amado pueblo sirio se vea libre de más sufrimientos y las partes en conflicto pongan fin a la violencia y garanticen el acceso a la ayuda humanitaria", ha dicho el Papa.

"Olvidada por los hombres"

También ha recordado la República Centroafricana, "a menudo olvidada por los hombres" y ha pedido al Señor que "reine la paz también en aquella tierra, atormentada por una espiral de violencia y de miseria, donde muchas personas carecen de techo, agua y alimento, sin lo mínimo indispensable para vivir.

"Que se afiance la concordia en Sudán del Sur --ha rogado Bergoglio-- donde las tensiones actuales ya han provocado víctimas y amenazan la pacífica convivencia de este joven Estado".

El Papa, que eligió la isla de Lampedusa como su primer viaje en Italia, ha pedido a Dios "que los emigrantes, que buscan una vida digna, encuentren acogida y ayuda". "Que no asistamos de nuevo a tragedias como las que hemos visto este año, con los numerosos muertos en Lampedusa", agregó.

Víctimas de los desastres naturales

Y en esta plegaria de Navidad, ha recordado cómo "la codicia y el egoísmo de los hombres explota indiscriminadamente" el planeta y ha pedido "protección" para aquellos que han sufrido desastres naturales, como el pueblo filipino azotado por el tifón.

El pontífice ha terminado su mensaje pidiendo que en esta Navidad "dejemos que nuestro corazón se conmueva". "No tengamos miedo de que nuestro corazón se conmueva. Lo necesitamos. Dejemos que se caliente con la ternura de Dios. Las caricias de Dios no hacen heridas y nos dan la paz y la fuerza que necesitamos", ha añadido improvisando el Papa.