Sólo las señoras españolas católicas se ponen peineta y mantilla para entrar en el Vaticano; lo requiere el protocolo y la tradición. Por ello, para la audiencia de ayer con el papa Juan Pablo, Letizia dejó sus trajes de chaqueta en la embajada y lució, por primera vez, la tradicional mantilla y peineta rigurosamente negras, porque sólo las reinas católicas pueden ir a ver al Papa con la mantilla blanca. "Santidad, qué alegría poder volver a verle y presentarle a mi esposa", le dijo el Príncipe. El Papa les deseó, a su vez, que "formen un hogar feliz", que sea "ejemplar".

Como era tradicional y como ya lo hicieron las infantas tras casarse, los Príncipes de Asturias fueron recibidos ayer durante 25 minutos por el Papa para recibir su bendición. Como siempre que recibe visitas de la Familia Real, el Pontífice fue cariñoso y cordial. "El nacimiento de una nueva familia es siempre un gran acontecimiento --dijo--. Lo es para los esposos, cuyo amor se enriquece y afianza con la gracia divina. Lo es también para las respectivas familias y para la sociedad, pues una convivencia fiel que no caduca conlleva nuevas esperanzas y promesas de vida".

Pero, sobre todo, el Papa mostró su cariño a Letizia, a la que durante la audiencia, mientras estaba sentada a su izquierda, agarró dulcemente la mano, borrando las suspicacias sobre cualquier reticencia a la condición de divorciada de Letizia.

INCONDICIONAL RECHAZADA La juez que instruye el caso del atropello mortal de Benjamín Olalla, en el que está involucrado Juan Manuel Fernández, Farruquito, acordó ayer mantener la libertad bajo fianza de 140.000 euros del bailaor, en contra de la petición de prisión incondicional que habían cursado la fiscalía y la acusación particular que ejerce María Angeles Madero, la viuda del fallecido.