Benedicto XVI inició ayer su segunda jornada de estancia en Portugal con un encuentro con más de un millar de intelectuales ante los que admitió que "hay todo un aprendizaje por hacer en cuanto a la forma en que la Iglesia tiene de estar en el mundo" actual. En este sentido, el Papa añadió que entre los retos a los que la institución que lidera se enfrenta figura el de lograr que la sociedad se dé cuenta de que "proclamar la verdad es un servicio que ofrece la Iglesia, abriendo nuevos horizontes de futuro y dignidad".

El Pontífice abogó por un respeto dialogante entre culturas y precisó que "es preciso hacer que las personas no sólo acepten la existencia de la cultura del otro, sino que también aspiren a enriquecerse de ella y ofrecerle aquello bueno, verdadero y bello que se posee".

Tras su cita con la intelectualidad lusa en el Centro Cultural de Belem, en Lisboa, el Papa alemán se entrevistó con el primer ministro portugués, José Sócrates, en la sede de la nunciatura (embajada) de la Santa Sede, antes de viajar en helicóptero al santuario de Fátima, a 125 kilómetros al norte de la capital, donde le aguardaban miles de peregrinos.

Ratzinger tenía previsto participar anoche en una procesión a Fátima, donde hoy reunirá a miles de personas en una jornada dedicada a conmemorar las supuestas apariciones de la Virgen a tres niños pastores en 1917. El Papa regresa mañana a Roma.