En su primer viaje pastoral a la isla italiana de Sicilia, el papa Benedicto XVI pidió a los miles de fieles que acudieron a la misa que ofreció en Palermo que no tengan miedo ni se "resignen" al crimen organizado, a la vez que les animó a "hablar claramente de los valores humanos y cristianos" por todo el mundo.

En la homilía, Ratzinger tuvo palabras de aliento para los palermitanos que "viven en condiciones de precariedad a causa de la falta de trabajo, de la incertidumbre por el futuro, del sufrimiento físico y moral y de la criminalidad organizada".

El Papa concluyó su visita de un día a Palermo, capital de la isla italiana de Sicilia, con una condena a la mafia, que calificó "como un camino de muerte". "No cedáis a las sugestiones de la mafia, que es un camino de muerte, incompatible con el Evangelio", exhortó. Sus palabras fueron acompañadas por una fuerte ovación de los cerca de 20.000 jóvenes presentes en la Plaza Politeama de Palermo.

Benedicto XVI tuvo un recuerdo especial para el sacerdote Pino Puglisi, que fue asesinado por la Cosa Nostra el 15 de septiembre de 1993 por haber osado condenar a la mafia desde el púlpito, y al que no se le perdonó que quisiese alejar del crimen a los jóvenes del barrio Brancaccio. Puglisi, que murió el día que cumplía 56 años, está en proceso de beatificación.

LA LUZ DEL BIEN "Es preciso avergonzarse del mal, de lo que ofende a Dios, de lo que ofende al hombre", señaló el Pontífice. "La tentación de rendirse y de la resignación viene a quien es débil en la fe, a quien confunde el mal con el bien, a quien piensa que, ante el mal, a menudo profundo, no hay nada que hacer". Benedicto XVI, que celebró la misa ante decenas de miles de personas en el Foro Itálico, una explanada al aire libre frente al mar, pidió a los fieles que vivan "con valentía los valores del Evangelio para hacer resplandecer la luz del bien. Con la fuerza de Dios todo es posible", enfatizó el jefe de la Iglesia católica.

El sacerdote Toni Dell´Olio, uno de los responsable de Libera, la mayor asociación italiana de lucha contra la mafia, dijo ayer a la agencia AFP sentirse algo "decepcionado" con el Pontífice, ya que esperaba del Papa "una denuncia más clara y precisa" contra el crimen organizado y que dejara claro que "la mafia y el cristianismo son incompatibles".

El viaje del Papa concluyó con un homenaje, que no estaba incluido en el programa oficial, al juez Giovanni Falcone.

Benedicto XVI se detuvo en el punto de la carretera hacia el aeropuerto palermitano de Punta Raisi donde murió el juez y los hombres de su escolta en un atentado a manos de la mafia para depositar unas flores.