El Papa permanecerá hospitalizado al menos hasta el jueves, cuando los médicos tomen una decisión sobre su vuelta al Vaticano, "por razones de prudencia", según dijo ayer el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, al leer un nuevo boletín sobre la salud de Juan Pablo II. De acuerdo con ese último comunicado, Karol Wojtyla "ya no tiene fiebre, come regularmente y ha pasado algunas horas sentado en un sillón". La próxima nota se dará el jueves.

Navarro dijo que no podía "ni excluir ni confirmar" la participación del Pontífice, el próximo viernes, en las celebraciones de la Jornada del Enfermo. "Lo decidirán los médicos", subrayó, al tiempo que el portavoz se permitió una frase irónica sobre los informadores, al subrayar que "logra incluso dar una ojeada a los diarios para saber como anda su salud".

El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Angelo Sodano, terció ayer en la polémica sobre si el agravamiento de la salud del jefe de la Iglesia abre el camino a una eventual renuncia del Pontífice afirmando que "eso es algo que hay que dejar a la conciencia del Papa". Agregó, que "se expresa y guía a la Iglesia de varios modos".