El Papa Francisco, nombre adoptado por el jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, pasó su primera noche como pontífice en la residencia de Santa Marta, a la espera de que el apartamento pontificio esté restaurado, al que traerá, como es lógico, sus libros y otros enseres personales.

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Francisco se alojó en la suite 201 de "Santa Marta", lugar en el que se han alojado los 115 cardenales durante el cónclave. Se trata de un apartamento compuesto por el dormitorio, un salón y un estudio, preparado para facilitar los primeros días al nuevo papa.

De momento se desconoce el tiempo que permanecerá alojado en Santa Marta. El apartamento papal, como establece la normativa vaticana, fue precintado tras la renuncia de Benedicto XVI, hasta tanto hubiera nuevo papa.

En las próximas horas estará de nuevo a disposición del papa Bergoglio, pero antes habrá que realizar algunas labores de acondicionamiento.

Al igual que los pontífices anteriores, Francisco traerá desde su casa de Buenos Aires los enseres que considere necesarios, así como los libros que estime y otras cosas del que era su domicilio hasta ahora.

Bergoglio no volverá personalmente a recoger sus enseres. Cuando vuelva a Argentina lo hará como jefe de la Iglesia Católica.