El papa Francisco dijo hoy que el gran mensaje de Dios es la misericordia y que Jesús no ha venido al mundo por los justos, sino por los pecadores.

"También nosotros somos como ese pueblo que de una parte nos gustar escuchar a Jesús, pero a otra parte nos gustar criticar a los otros, condenar a los otros. El mensaje de Jesús es la misericordia", dijo Francisco en la misa que oficia en la parroquia de Santa Ana, en el Vaticano, antes de que desde la plaza de san Pedro rece el ángelus, el primero del pontificado.

El papa Bergoglio agregó: "lo digo humildemente, el mensaje más fuerte del Señor es la misericordia".

El obispo de Roma recordó que Jesús vino a este mundo "no por los justos, ya que se justifican por ellos mismos, sino por los pecadores".

Se refirió a la parábola del fariseo ante el altar, cuando agradecía no ser como los otros, como el publicano y dijo que si somos así "no conocemos el corazón del Señor, y jamás tendremos la alegría de conocer esa misericordia".

"No es fácil abandonarse a la misericordia de Dios porque es una infinidad incomprensible, pero debemos hacerlo. El Señor tiene una gran capacidad para olvidar, para perdonar. No se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón. Pidámosle perdón. El no se cansa de perdonar", manifestó.

Durante la misa se pidió por el nuevo papa y por la Iglesia.

Concluida la ceremonia, Francisco presentó a los fieles a un sacerdote de Uruguay, Gonzalo, presidente del Liceo Jubilar Juan Pablo II, que trabaja en la recuperación de niños de la calle y su integración en la sociedad y en el mundo del trabajo.

A su llegada a la pequeña iglesia del Vaticano y a la salida Francisco saludó a las personas que asistieron a la misa, estrechó manos, los besó, acarició y besó a niños. Para todos tuvo unas palabras de aliento y les pidió que recen por él. Todo en un ambiente de extrema cordialidad.

El papa concelebró con los cardenales el italiano Angelo Comastri, arcipreste de la basílica de San Pedro y Prosper Grech, el purpurado octogenario maltés que pronunció la última meditación en el cónclave donde fue elegido.

Antes de entrar en la iglesia, se asomó a la calle, que está a pocos metros de la columnata de la plaza de San Pedro y saludó a la gente que se encontraba en el lugar.

A mediodía se asomará a la venta del apartamento papal que da a la plaza de san Pedro para el ángelus dominical, al que se espera asistan miles de fieles.