Benedicto XVI dijo ayer que existe un solo matrimonio, el constituido por un hombre y una mujer, y pidió a la Iglesia una mayor seriedad a la hora de autorizar bodas, así como a la hora de declararlas nulos los matrimonios.

El Pontífice hizo estas afirmaciones en el discurso que dirigió a los jueces, oficiales y colaboradores del Tribunal de Rota, encargado de validar los matrimonios católicos, a quienes recibió en el Vaticano con motivo de la inauguración del Año Judicial.

También reflexionó sobre los cursos de preparación al matrimonio y exigió el "máximo cuidado" en la formación de los futuros esposos y en la "previa" verificación de sus convicciones sobre los "compromisos irrenunciables para la validez" del sacramento del matrimonio.

Luego lamentó que el hecho de que muchas veces los cursos prematrimoniales, los exámenes de los novios, las publicaciones matrimoniales y los otros medios para las necesarias investigaciones son vistos como "simple formulismo", y añadió: "No existe un matrimonio de la vida y otro de derecho. Solo existe uno, el cual está constituido por el vínculo jurídico real entre un hombre y una mujer".