El Papa usó una fórmula paradójica, pero ante 15.000 sacerdotes de 91 países congregados durante tres días en Roma pidió por primera vez de forma solemne perdón en público a Dios y a las víctimas de los sacerdotes pederastas, que la Congregación para la Doctrina de la Fe ha cifrado en 4.000 casos. Los casos de los curas pederastas son "secundarios" frente al "escándalo del celibato" que el mundo actual no puede o no quiere entender. "¡Que el Señor nos libre de escándalos secundarios!", subrayó Benedicto XVI, para añadir: "También nosotros pedimos insistentemente perdón a Dios y a las personas implicadas, al tiempo que prometemos hacer lo posible para que tales abusos no sucedan nunca más", dijo en el sermón que ofreció.

Antes, el Papa había reconocido que "en este año de alegría sacerdotal han salido a la luz los pecados de los sacerdotes, sobre todo el abuso de los pequeños". El jueves por la noche, durante una vigilia de oración con todos los curas en la plaza de san Pedro, Benedicto XVI respondió sin leer un texto preparado a cinco preguntas, previamente concertadas, eso sí. Una de ellas versaba sobre el celibato. "Para un mundo en el que Dios no tiene lugar, el celibato constituye un gran escándalo", dijo, para añadir: "Vivimos en una época en la que está de moda no casarse, aunque no casarse no es lo mismo que el celibato".

FIDELIDAD CON DIOS "No casarse --explicó Benedito XVI-- significa vivir para sí mismos, mientras que el celibato es un sí definitivo puesto en las manos de Dios, acto que supone la misma fidelidad del matrimonio". "Somos siervos, no patronos", concluyó, citando a Juan María Vianey, cura de Ars, bajo cuyo auspicio se celebró el encuentro que puso fin a un año de reflexión sobre el sacerdocio.

Entre los 15.000 sacerdotes que ayer escucharon al Papa en la plaza de san Pedro estaba Porfirio, un cura colombiano que negó en varias ocasiones con la cabeza al escuchar algunas de las palabras del Pontífice. "Los sacerdotes son como todos los hombres", afirmó un cura que dijo no entender "por qué se da tanta importancia al aspecto sexual, ya que las deficiencias del clero son las mismas que las de los otros hombres, que también tienen problemas afectivos".

"SE HA EXAGERADO" Magadha, de Bangladesh, chapurreaba en una mezcla de italiano e inglés que la prensa ha exagerado los casos de pederastia. "Ha habido errores, pero nosotros estamos pagando por otros, una minoría, lo que nos estimula a seguir adelante con mayor fortaleza", dijo. Un rechoncho Ngo, procedente de Camerún, coincidía en que "se ha exagerado, porque la culpa de unos pocos está recayendo ahora sobre todos".

En sus discursos del jueves por la noche y de ayer, los curas interrumpieron varias veces al Papa con aplausos, sobre todo cuando habló del reto que debían afrontar por el escándalo. "Hace falta purificación", insistió, confesando que "usar el bastón puede ser un servicio de amor, porque no es amor la tolerancia de conductas indignas de la vida sacerdotal". "Con la vara se protege la fe respecto a los farsantes", dijo Benedicto XVI a los sacerdotes, para añadir que, sin embargo, "la vara debe transformarse continuamente en el cayado de pastor, que ayuda a los hombres a poder caminar por senderos difíciles y seguir a Cristo".