Benedicto XVI y José Luis Rodríguez Zapatero tendieron ayer puentes para poder facilitar la negociación en materia de educación y financiación de la Iglesia y dejaron a un lado temas tan conflictivos como el matrimonio homosexual, la agilización del divorcio y las leyes sobre biomedicina. Celebrado en el palacio arzobispal de Valencia, el encuentro, el primero entre Ratzinger y Zapatero, duró 40 minutos y fue calificado de "extremadamente cordial" por fuentes de Presidencia del Gobierno. Zapatero explicó al Papa que su Gobierno apuesta por la escuela pública, pero que no excluye dotar de financiación suficiente a la privada y a la Iglesia. "No hubo reproches por ninguna de las dos partes", insistieron las mismas fuentes, que destacaron entre los temas abordados la situación de Europa y Africa, la inmigración, "la paz y la familia en general". Zapatero y Ratzinger coincidieron en que la violencia y la pobreza son los dos grandes problemas del mundo. El entorno del Gobierno interpreta que el Papa no ha entrado en la ofensiva del sector más conservador de la Conferencia Episcopal Española de utilizar su visita para hacerle daño. Zapatero, junto a su esposa, Sonsoles Espinosa, fue recibido con gritos, pitos e insultos por personas congregadas en los balcones.