La cocaína que entraba por el puerto de Barcelona a través de una red internacional de traficantes desarticulada esta semana por la Guardia Civil servía para financiar las actividades del movimiento paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia, uno de cuyos grupos enviaba la droga. Los investigadores reiteraron ayer que la operación, coordinada por la Audiencia Nacional y la Fiscalía Antidroga, sigue abierta y confían en aumentar el número de detenidos. Hasta ahora han sido 21.

El último alijo, de 460 kilos de cocaína, entró en el puerto de Barcelona en el interior de un contenedor, procedente de Colombia, y en tránsito a Senegal. El contenedor estaba cargado de cereales para el desayuno, y en un rincón, ocultas, había varias bolsas de deporte con la cocaína dentro. Los investigadores, de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que se desplazaron desde Madrid, consiguieron, hace varias semanas, unas informaciones que les avisaban de que, el 30 de marzo, podría desembarcar un cargamento de coca en Barcelona.

Con discreción, los agentes desplegaron un dispositivo de vigilancia alrededor de determinados contenedores, y no tardaron en detectar movimientos sospechosos cerca de los camiones. Tres individuos trasladaban sigilosamente mercancía de un camión a una furgoneta alquilada.

En el registro del vehículo, los guardias civiles localizaron un doble fondo en el que se ocultaban 300 kilos de cocaína. Tras la localización del camión, realizaron el resto de las detenciones, entre ellas la de Faustino Orbegozo, hijo de un industrial secuestrado por ETA. Tiene antecedentes por tráfico de cocaína.