El Parlamento catalán aprueba por 68 votos a favor, 55 en contra y 9 abstenciones la iniciativa legislativa popular (ILP) por la abolición de las corridas de toros. Los pronósticos ya indicaban que la Cámara aprobaría la propuesta.

La primera en tomar la palabra ha sido Anna Mulà, portavoz de los promotores de la ILP, que ha emplazado a los diputados a elegir entre el "espectáculo de la muerte" y la ética y los valores. Después ha intervenido Albert Rivera, de Ciutadans, que ha puesto sobre la mesa la carga identitaria que ha enturbiado la propuesta abolicionista y ha ironizado con la posición de algunos parlamentarios: "No me gustaría verles ahora comiendo foie, o pescando o cazando". También ha hecho referencia a los correbous, cuyo blindaje respaldan CiU y ERC, que a la vez apoyan el veto de los toros.

El tercero en hablar ha sido Rafael Luna, del PP, que ha utilizado buena parte de los argumentos esgrimidos por los taurinos a lo largo de estos meses de debate. Uno de ellos ha sido el del coste económico que acarrearía la abolición, que los defensores de las corridas sitúan en torno a los 400 millones de euros, cifra que los partidarios de la prohibición juzgan "inverosímil". Después, ha subrayado la restricción de las libertades individuales que supondría el veto. También ha repetido la contraposición entre la defensa de los derechos de los animales y el respaldo al aborto por parte de algunos parlamentarios, que ya enunció ayer su compañera Dolors Montserrat.

El socialista David Pérez ha aprovechado su turno para anunciar la retirada de las enmiendas de su grupo a la norma, con el propósito de clarificar la votación final, y ha justificado la libertad de voto del PSC.

Tras él ha llegado la intervención de Josep Rull, de CiU. Este diputado ha explicado que la libertad de voto de su grupo obedece a las distintas sensibilidades de los parlamentarios, y ha desligado la posición mayoritaria de su fuerza política a favor del veto de factores nacionalistas. También ha defendido que CiU rechace las corridas de toros a la vez que propone blindar los correbous. "La muerte de la animal no es ninguna anécdota", ha subrayado.

Representantes de todos los partidos --excepto el PP, que ve el duelo más reñido-- dan casi por hecha la victoria de la prohibición, que entraría en vigor en enero del 2012. Los cálculos son que ERC, ICV, unos 25 o 30 diputados de CiU y quizá algún miembro del grupo del PSC apoyen la iniciativa, y que PP, Ciutadans, una treintena de socialistas y cerca de una decena de representantes de la federación nacionalista se pronuncien en contra. La votación llega en un momento en que el componente nacionalista del debate se ha intensificado a raíz de la reciente sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatut.

Partidarios y detractores, en las puertas del Parlamento

Militantes a favor y en contra de las corridas de toros han flanqueado las entradas al Parlamento de Cataluña en los minutos previos al debate que tendrá lugar esta mañana. Los taurinos, una veintena, han enarbolado banderas catalanas y exhibido eslóganes como "Soy catalán de adopción. Si me castráis mi libertad, adéu, Catalunya, adéu. Un hombre vestido con una camiseta en la que se leía "Libertad sí, toros sí" ha provocado a los antitaurinos, otra veintena, y ha causado así los únicos, muy leves roces que se han producido frente a la entrada del edificio.

"Vamos a hacer que paguen lo que están haciendo", ha dicho un portavoz de los defensores de las corridas. "Eso se verá en las urnas". Los taurinos han saludado con pitidos la llegada del consejero de Interior, Joan Saura, y con gritos de "¡Con la que está cayendo y vosotros prohibiendo corridas! ¡A arreglar la crisis, más bien!". Más de 300 periodistas están acreditados para cubrir la votación, entre ellos numerosos representantes de medios internacionales que desde muy temprano ha empezado a trabajar en las afueras del Parlamento.

Los manifestantes antitaurinos, algunos embadurnados con tinta roja, han gritado consignas contra la "tortura" y en repetidas ocasiones han echado en cara a las taurinos que "manipularan" la bandera de Cataluña. "Esto no es el final --ha dicho un portavoz, bastante convencido, vistos los pronósticos, de la inminente prohibición de las corridas--. Esto es un paso cara a la abolición de todas las formas de tortura que sufren los animales".