Los nacimientos prematuros, los que ocurren antes de la semana 37 de gestación, están considerados un grave problema humano y sanitario, percepción que no impide que aumenten en inquietante progresión. De los 492.000 niños que nacieron en el 2009 en España, 41.000 no habían completado su periodo de gestación. Hubo un 55% más de nacimientos adelantados que hace 10 años. Para 1.131 de esos niños, el periodo de maduración fetal no superó las 28 semanas. Llegaron extremadamente inmaduros y muy vulnerables a las secuelas que las estadísticas les atribuyen: el 51% de quienes sobreviven a un parto prematuro sufrirán retrasos en su desarrollo, indican los epidemiólogos, y el 23% padecerán trastornos de conducta. Así lo indica un informe de la European Foundation for the Care of Newborn Infants.

LOS REQUISITOS El cerebro de una persona necesita las 39 o 40 semanas que suele durar un embarazo para completar sus funciones. Cuando el parto ocurre en la semana 26 o 27 de gestación su fragilidad está asegurada y será un reto que le marcará el resto de la vida. Cumplir hasta el 6º mes de embarazo con las seis visitas ginecológicas previstas, comer y descansar lo suficiente, no fumar y no haber recurrido a técnicas de fecundación artificial para ser madre son requisitos fundamentales, según los ginecólogos, para evitar un nacimiento prematuro. Y añaden uno más: "La franja de edad idónea para intentar tener un hijo sigue siendo de los 25 a los 35 años", afirma el especialista Ramon Carreras.

El inicio de la vida de los prematuros transcurre en unidades de cuidados intensivos (UCI) pediátricas que intentan suplir el periodo fetal, por lo que no reciben el alta hasta cumplir los nueve meses en que hubiera acabado su gestación.