Además de dedicarse a la venta de estructuras metálicas para obras en una empresa placentina, Juan José Gazapo Canales es especialista en la competición de karts, automóviles monoplaza sin techo ni suspensión que miden alrededor de 200 cm de largo y 140 cm de ancho. El circuito cacereño es el principal escenario de los entrenamientos de Gazapo, de treinta y un años y afincado en Puebla de Argeme (Cáceres), aunque no el único. "Tengo que salir fuera si quiero competir en circuitos de categoría, y eso lleva tiempo", con todo lo que además supone: neumáticos, gasolina, reparaciones... y de todo se encarga él, junto al mecánico que le acompaña en las carreras. Actualmente el karting no es un deporte muy extendido en Extremadura, "Apenas hay circuitos. En breve habrá buenos pilotos, ahora están empezando. El problema es que sin carreras no hay afición", de ahí la motivación que Juanjo Gazapo ejerce en otros seguidores de los karts, "La gente acabará por aficionarse más", vaticina. Por el momento, planea ponerse en contacto con la escudería de Plasencia para organizar un circuito urbano.

El pasado mes de mayo compitió por primera vez en el Campeonato de España que se celebró en Alcañiz (Teruel) y en septiembre le esperan las dos carreras de la segunda fase del campeonato. Lleva cinco años en el karting y dentro de algunos más le gustaría dedicarse a entrenar a futuros pilotos extremeños. Se ve detrás de un equipo, ayudándole con su experiencia y ya invierte tiempo en su hijo de tres años, "Tiene un sexto sentido para el volante", afirma orgulloso. Gazapo compite en la categoría KZ2, donde participan pilotos de categoría senior y que es lo más parecido --cuenta-- a la fórmula 1: "El karting es una escuela de pilotos, compite gente muy joven, hay chavales de once años que empiezan así". Dedica mucho tiempo a esta afición, no sólo es importante el entrenamiento en los circuitos, también lo es, y mucho, la preparación física, ya que las competiciones son especialmente duras. Y cuando se acerca una prueba hay que reforzar la preparación: "Normalmente le dedico al circuito un día entero por semana, pero dos meses antes de competir se pueden echar hasta tres días". Además, se trata de un deporte muy caro, "En cada carrera se invierten entre 3.000 y 4.000 euros, hacen falta patrocinadores".

Afirma que lo mejor de la competición automovilística es la disciplina y los lazos de amistad que se crean: "Hay mucha rivalidad en las competiciones, pero fuera de ellas es distinto, toreamos en la misma plaza todos los pilotos". Y anima a los jóvenes extremeños interesados en este deporte "bonito y nada peligroso, si la gente tuviera más noción del circuito de competición --asegura-- la conducción en carretera sería más segura".