MLa crisis económica ha provocado una regresión en la conciliación del trabajo con la vida personal y familiar, resurgiendo los planteamientos que vuelven a rescatar los valores tradicionales de la familia y la relación entre mujer y hombre, según alerta un estudio realizado por el Laboratorio de Sociología de la Universidad de Zaragoza encargado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Según Manuel Calvo, uno de los autores del trabajo, «la política social y de igualdad no se está implementando para que la mujer continúe en el mundo laboral».

«¿Pasará la solución de esta crisis por cargar a las mujeres con tareas de cuidado de la familia, cuyo coste económico el Estado no puede o no quiere asumir? ¿Deberá volver la mujer a casa para libertar puestos de trabajo? ¿Se ha calculado ya cuánta ineficiencia puede traer de nuevo la desigualdad?». Estas son tres preguntas que los autores del informe lanzan en sus conclusiones. La investigación, encargada por la Comisión de Igualdad del CGPJ, analiza sentencias dictadas entre el 2010 y el 2012. El objetivo es evaluar la aplicación de la ley orgánica del 2007.

Los expertos consultados lo tienen claro: mientras exista la brecha salarial entre hombres y mujeres (que en algunos sectores es del 19%) y los gobiernos no tengan políticas sociales, la conciliación familiar y los cuidados de la dependencia tendrán nombre de mujer. Dolo Pulido, activista de la asociación Ca la Dona de Barcelona, lo confirma: «Se ha reforzado el papel tradicional de las mujeres como cuidadoras».

Marta Padrós, secretaria de Gènere de la CGT, insiste en que el actual Gobierno ha pretendido concienciar a las mujeres de que su mejor contribución para salir de la crisis es echar una mano en el cuidado de la familia. Es el regreso a los planteamientos que atribuyen al hombre el sustento económico de la familia y a la mujer, el emocional.

Para José Luis Casero, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, España es un país patriarcal y machista. Casero manifiesta que , pese a los avances, siguen existiendo desigualdades: «La mujer es la gran perjudicada, y no es justo».

Pulido reitera que muchas mujeres dejan de trabajar al tener hijos. «Si una guardería privada cuesta 400 euros y hay sueldos de 400 euros, la opción es dejar de trabajar». Esto sucederá, según Padrós, hasta que «las guarderías sean un derecho universal». Esta renuncia de las mujeres al mundo laboral las convierte en dependientes económicamente de la pareja, lo que acaba repercutiendo en su futura pensión de jubilación.

Casero reconoce que la mujer ha conciliado, pero no el hombre. Los ejemplos son abundantes. Los colegios llaman a las madres, a las consultas de los médicos van también las mujeres y cuando se debate sobre los horarios de las empresas el 90% del público es femenino porque los departamentos de recursos humanos envían a las mujeres.

CONCILIAR ES MÁS RENTABLE / En el informe del Poder Judicial se advierte de que la «crisis vuelve a replantear las demandas y las políticas de igualdad» y las está reduciendo a un problema «económico». Los autores del estudio aseguran que «ya hay propuestas» para cambiar estas políticas de conciliación al entender que desplazan recursos y esfuerzos de otros problemas que se consideran más urgentes. Los expertos destacan que, si lo que se pretende es ganar competitividad, «debe apostarse por la conciliación, porque, demostrado está, las empresas que concilian son las más productivas». H