Después de una década de investigación, la vacuna contra la malaria, una de las enfermedades más letales del planeta, entra en la fase definitiva. La malaria afecta cada año a casi 300 millones de personas --de las que fallecen unas 800.000--, la mayoría niños de Africa y el Sureste Asiático. Los ensayos clínicos en la fase III (la última previa a la autorización de un medicamento), realizados en 11 centros de investigación de siete países del Africa subsahariana, han demostrado que el fármaco reduce en el 56% el riesgo de que los niños sufran la infección entre cinco y 17 meses, según publicó ayer la revista científica The New England Journal of Medicine .

Esto significa que, de comercializarse el fármaco, ahora llamado RTS,S, cada año podrían salvar la vida unos 300.000 niños. Aunque pueden pasar hasta tres años hasta que esté disponible en el mercado, este nuevo paso supone un hito en la lucha contra una enfermedad tan mortal en los países sin recursos. En Occidente, la malaria se trata y se cura; no así en las zonas donde la enfermedad es endémica.

El fármaco, patentado por Glaxo SmithKline e impulsado en Mozambique por el científico español Pedro Alonso, está demostrando ser eficaz en un 47% de los casos de malaria muy grave. "Podría evitar que millones de niños la contraigan anualmente", dijo ayer Tsiri Agbenyega, investigador de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Ghana.

EL PROCESO En el desarrollo de los estudios con la vacuna ha participado el Centre de Recerca en Salut Internacional de Barcelona, vinculado al Hospital Clínic y a la Universitat de Barcelona. "Se trata de una gran noticia, pero es fundamental mantener la investigación y el desarrollo de nuevas herramientas para luchar contra la enfermedad", aseguró el doctor Pedro Alonso, que ha seguido todas las fases de ensayo de la vacuna en la última década. Alonso precisó que todavía queda camino que recorrer, tanto para comprobar si la eficacia se mantiene con el paso del tiempo como para entender por qué la vacuna funciona solo en la mitad de los casos. Pero aunque proteja de forma parcial, esta será la primera vacuna comercializada contra la malaria en el mundo.