La prohibición de las corridas de toros en Cataluña suscitó ayer reacciones en el ámbito político, cultural y deportivo de la comunidad extremeña. La Junta de Extremadura publicó en el boletín oficial que destinará 60.000 euros en 2010 en concepto de subvenciones para apoyar y fomentar las actividades taurinas.

El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, coincidió con el diputado regional del PP, César Díez Solís, en que esta prohibición es un "error", porque Cataluña es una comunidad con tradición taurina y esta decisión la distancia del resto de regiones.

Vara dijo respetar la decisión del parlamento catalán, pero señaló que los toros son "cultura" y "arte" para "alguna gente". Díez Solís apuntilló: "Creo que ha arrimado mucho el sentido identitario o el querer trasladar que la fiesta de los toros es una fiesta española y nacional", informa Europa Press.

El diputado del PSOE, Antonio Gómez Yuste, calificó la medida de "sinsentido" ya que existe "otra fiesta popular catalana" en la que se siguen utilizando los toros.

El ministro de Fomento, José Blanco, durante su visita a Badajoz, se posicionó "en contra" de las "prohibiciones que tienen que ver con las tradiciones, porque no significa que las vayas a eliminar".

Lucha entre gladiadores

En Extremadura se celebran todos los años más de 900 espectáculos taurinos, por lo que es "un patrimonio cultural arraigado".

En 2009 se celebraron 139 corridas de toros y 736 festejos menores. Además, Badajoz cuenta con una escuela taurina.

En el ámbito de la literatura, el novelista Jesús Sánchez Adalid considera que la decisión ha sido motivado desde instancias políticas y no responde a la realidad de los ciudadanos, sino que es un producto para crear una identidad diferenciada. La poeta Irene Sánchez Carrón, aunque no le gustan los toros, cree que hay que respetar las inclinaciones de la gente.

El debate más polémico y controvertido siempre se ha centrado en el maltrato que sufre el toro durante su lidia. Pedro Rodríguez, productor del grupo teatral Suripanta, cuyo próximo montaje gira en torno al mundo del toro, opina que la muerte de este animal es similar a la del cerdo en las matanzas, y que este debate se ha ido de las manos, porque "han querido rizar el rizo".

Rodríguez no prohibiría las corridas de toros porque es una lucha de "gladiadores", que enfrenta a un animal y a un hombre en igualdad de condiciones, en cada una de las faenas que suceden en las más de 40 plazas permanentes extremeñas.

El pintor Javier Fernández de Molina, aficionado a los toros, se declaró también en contra de la prohibición. "Es una locura", dijo.

El ajedrecista Manuel Pérez Candelario apunta que "con la celebración de estos festejos trabaja mucha gente" y que si lo que les preocupa es el maltrato animal deberían fijarse en otras actividades.

La iniciativa de abolir los festejos taurinos fue promovida desde instancias ciudadanas, por lo que para el escritor Isaac Rosa "se despejan las dudas de que fueran intenciones políticas" y cree que la medida puede animar la recogida de firmas en otras comunidades contra el sufrimiento animal.