El Gobierno endurecerá las penas de los delitos sexuales contra los menores e incorporará medidas de control para evitar que los pederastas condenados vuelvan a delinquir cuando salgan en libertad. Así lo ordena una proposición no de ley aprobada ayer por el Congreso de los Diputados a instancias del grupo parlamentario del PP, que se acabó beneficiando del nuevo clima de entendimiento que se ha instalado en el hemiciclo una vez pasadas las elecciones generales. El grupo socialista aceptó con algunos matices la iniciativa del principal partido de la oposición, que correspondió al gesto y admitió las enmiendas.

Como resultado de tanto juego versallesco, el Gobierno tendrá que elevar la pena principal y las accesorias de este tipo de delitos "cuando la víctima sea especialmente vulnerable por razón de su edad, enfermedad o situación". El Congreso insta además al Ejecutivo a "introducir medidas más eficaces de seguridad que permitan el control y la prevención del riesgo que entraña la puesta en libertad de delincuentes patológicos con pronóstico elevado de reincidencia una vez cumplida la condena". El PSOE rechazó, en cambio, la pretensión de los populares de que este tipo de delincuentes cumplan la integridad de sus condenas. En su lugar, se introdujo una ambigua fórmula que obliga al Gobierno a "tender al cumplimiento de las penas en la forma que determinen las leyes".