El Ayuntamiento de Pekín ordenó ayer el cierre de todos los locales de ocio y servicios públicos que habitualmente concentran a gran cantidad de personas. El objetivo de los dirigentes de la capital china es frenar la propagación de la neumonía asiática, que avanza a gran velocidad en la ciudad y causa más de un centenar de contagios al día.

La medida, anunciada conjuntamente por las oficinas municipales de Cultura, Seguridad Pública e Industria y Comercio, afecta a cines, teatros, bares de internet, karaokes y discotecas, entre otros establecimientos, cuyo aforo se ve frecuentemente desbordado y en los que, según reconocen las autoridades, "es difícil alcanzar los niveles de desinfección y ventilación adecuados".

La decisión incluye las dependencias municipales en las que se celebran las bodas, una medida que afectará a centenares de parejas que, siguiendo la tradición, convierten su matrimonio en encuentros que reúnen a un gran número de familiares y amigos. Las autoridades puntualizaron que de este cierre podrían quedar excluidas las parejas que tengan fijada una fecha inmediata para su boda y no puedan aplazarla.

REAPERTURA INCIERTA

"La reapertura de los negocios y servicios públicos afectados dependerá de cómo avance la prevención contra el SARS (síndrome respiratorio agudo grave)", según un comunicado oficial, en el que se asegura que se aprovechará el cierre de los locales para inspeccionar sus instalaciones. Estas clausuras se unen a la anulación de todos los conciertos de rock que debían celebrarse en Pekín, ordenada hace más de dos semanas, y a la instalación de módulos prefabricados para confinar a los infectados.

El acceso a la Universidad del Pueblo, la tercera más grande de Pekín, ha quedado cerrado a las personas ajenas al recinto, con la orden de que los estudiantes no salgan del campus, como mínimo, hasta el próximo 8 de mayo. También se han cerrado las bibliotecas públicas, lo que ha convertido la cuarentena universitaria en un aislamiento que muchos estudiantes han calificado de "insoportable".

Los estudiantes que necesiten salir del recinto deberán conseguir un salvoconducto especial y temporal. Los rectores justifican estas estrictas medidas y aseguran que su intención es "preservar el ambiente universitario del exterior".

En Taiwán, donde ayer se declaró la primera muerte por el SARS, ha quedado prohibido el acceso al país de cualquier persona que proceda de las zonas en las que se ha extendido la epidemia, según anunció el Gobierno de Taipei. La prohibición afecta también a las personas que residen en Taiwán pero se encontraban en las regiones en las que se ha propagado la enfermedad.

Las autoridades de Canadá, por su parte, han obtenido el compromiso de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que mañana martes será revisada la recomendación, lanzada por el organismo sanitario hace una semana, de que no se viaje a Toronto. Aunque el sábado registró su víctima mortal número 20, el Gobierno canadiense asegura que tiene bajo control la situación de la epidemia en su territorio.

La directora general de la OMS, Gro Harlem Bruntland, calificó de "escandalosas" las acusaciones que ha recibido por parte del Gobierno de Canadá de que la alerta preventiva que afecta a Toronto tuvo motivaciones políticas.