España ha entrado en la "cuarta generación de incendios forestales", que se caracteriza por su propagación en las urbanizaciones, un medio hasta ahora poco frecuente, y que se extiende por casas y jardines del mismo modo que por el medio forestal. Estas catástrofes se están convirtiendo en "algo habitual" durante la presente década, con ejemplos especialmente alarmantes en el clima mediterráneo, como los de California, Portugal, Grecia, Italia, según se desprende del informe El futuro en llamas: Cambio climático y evolución de los incendios forestales en España , que presentó ayer Greenpeace.

Así, la ONG alertó de que el crecimiento "incesante" de la biomasa acumulada por metro cuadrado, las urbanizaciones y la creciente población viviendo en áreas susceptibles de Incendios de Alta Intensidad se evidencia en la cuenca mediterránea mientras que ni la población, ni los políticos se dan cuenta de la necesidad de adaptar la gestión forestal y territorial la nueva situación ni de la urgencia de acomodar los ecosistemas a la "realidad demostrada científicamente" del cambio climático. Esta cuarta generación genera un "problema de emergencia y protección civil, con la muerte de personas y pérdida de bienes".

Entre las causas principales, la organización acusó al despoblamiento del medio rural, a la falta de retirada de biomasa y combustible forestal, a la escasez de ganado que limpia el monte, que provocan el "avance y aumento" del terreno forestal sin planes de gestión.

El responsable de la campaña, Miguel Angel Soto, señaló que los grandes incendios son cada vez "más numerosos" y "virulentos".