Es bueno debatir, y cuantas más veces mejor, porque con ello se obtienen respuestas a cosas simples que pueden ayudarnos a entender el mundo que nos rodea. Asistí el otro día a un debate sobre la obra y milagros de la pelusilla que queda atrapada en los ombligos y descubrí que, en el fondo, este tema preocupa a la humanidad más de lo que yo creía. Incluso la ciencia se ha preguntado en ocasiones la razón de la aparición de estos restos textiles, pero no fue hasta el 2001 cuando el doctor Karl Kruszelnicki , de la Universidad de Sydney, realizó un estudio científico para obtener respuestas. Algunos de sus hallazgos fueron que la pelusa está compuesta por fibras sobrantes de la ropa, mezcladas con piel y vello. Lo más curioso es que esta pelusa se desplaza desde abajo hasta arriba y no al revés como se creía en un principio y que su proceso migratorio es el resultado de la fricción del vello corporal con la ropa, que arrastra las fibras hacia el ombligo. En cuanto a su color azul se debe a la existencia de fibras con esta coloración en la mayor parte de las prendas de vestir. Pero lo más importante que descubrió Kruszelnicki fue que la existencia de pelusilla en el ombligo no reviste ningún peligro para la salud. La mayoría de las veces no pedimos que nos demuestren la existencia de Dios, lo que queremos es que nos respondan a preguntas sencillas, porque en el fondo eso nos hace más felices. Por eso, me gustaría que Vara y Floriano debatieran mucho durante esta precampaña, aunque fuera sobre la pelusilla del ombligo, porque creo que es la única forma de que nos respondan a preguntas sencillas, que son las que nos hacen la vida más cómoda. Por ejemplo, ¿para qué sirve un mitin?