A Perera le tocó un gran toro, el tercero, y al toro, un gran torero. De estas consideraciones hay que recalcar la segunda. Gran torero Perera, en modo superlativo, por lo que hizo para provecho propio, y por lo que prestó a la brillantez del animal.

Recital de temple y aguante, de aplomo y donosura, de valor, estrecheces y lentitud. No se puede torear más quieto, más despacio y más cerca. Y más bonito y hondo.

Es posible, o sin el posible, que sea la mejor faena de Perera esta temporada. De Perera y de los demás. Faena y toro de mucha altura.

Llegaron a escucharse voces en demanda del indulto mientras Perera demoraba la igualada para montar la espada. Sonó un aviso, y, lástima, pinchazo antes de la estocada definitiva. Vuelta al ruedo para el toro y una sola oreja para el torero. No se entiende que el presidente se guardara el segundo pañuelo.

Diego Urdiales perdió también el doble trofeo del toro primero por el fallo con el descabello después de haber toreado con mucha firmeza y asiento, convencido y muy capaz.

Completó el cartel José María Manzanares: buena estocada (silencio); y estocada corta (silencio).