"Hacemos 5 minutos de silencio porque no tenemos palabras". La alcaldesa de Vilanova i la Geltrú, Neus Lloveras, intentaba resumir de esta manera lo inexplicable: el asesinato de Laia, una chica del pueblo de 13 años, por parte -presuntamente- de Juan Francisco López, también vecino de Vilanova. La víctima estaba en casa de sus abuelos, en el 2º 1ª. El homicida justo debajo, en el 1º 1ª. Todo ocurrió dentro del número 26 de la calle de Cubelles, el lugar en el que este martes al mediodía los Mossos d'Esquadra han tenido que acordonar para contener la indignación de un pueblo conmocionado.

FAMILIAS AMIGAS

Josep Maria, amigo del abuelo de Laia y del padre de Juan Francisco, explica que ambos se llevan muy bien y que quedan para "desayunar a menudo". Asegura que Antonio, el padre del homicida, estaba este martes en "estado de shock" porque su mujer ha fallecido en el hospital tras una larga enfermedad. Y cuando ha llamado a José María para comunicarle el fallecimiento de su esposa, solo ha alcanzado a decirle que le constaba que "algo había pasado ahí", en alusión al crimen de Laia. Su amigo ha preferido no decirle nada más, no revelarle que se ha convertido en viudo y padre de un asesino en apenas unas horas de diferencia.

Antonio había sido constructor, conocido en Vilanova i la Geltrú, y su mujer limpiaba casas en el barrio de Santa Lucía. Él ha estado siempre vinculado a la fiesta de los Tres Tombs de la población. Los Mossos, cuando entraron en su casa anoche, se tropezaron con incontables trofeos que distinguen a los mejores jinetes que salen a cabalgar el día de Sant Antoni y creyeron que eran del hombre que acababan de arrestar. Pero no, quien adora a los caballos es su padre. Juan Francisco, a quien Antonio había hecho saber que en cuanto falleciera su esposa le "echaría de casa" por ser un ‘dropo’ (gandul en catalán), no participaba en los Tres Tombs.

SOLITARIO Y SIN ÉXITO EN EL TRABAJO

Lo que cuentan en Vilanova de Juan Francisco, un hombre de 42 años divorciado conflictivamente de su exmujer y padre de una hija adolescente, es que ha tenido varios trabajos. Muchos, de cocinero. También que había estado viajando, una época a Andalucía y, últimamente, a China. Ninguno de los negocios que intentaba arrancar tenían éxito. Su matrimonio tampoco lo tuvo y su exmujer lo terminó denunciando por amenazas contra ella y contra su hija. Ahora se había instalado en casa de sus padres y, según explican en los bares de la zona, acostumbraba a echar la tarde tomando una cerveza en solitario, "sin hablar con nadie".

Vilanova i al Geltrú ahora esta "triste y furiosa", zanjaba la alcaldesa Lloveras, y "necesita expresarlo para digerirlo". Será más difícil para los compañeros de clase de Laia, que este martes han recibido la asistencia de un equipo de psicólogos municipal. Hoy el curso de la chica de los Escolapios había planeado irse de colonias. Por eso la pequeña el lunes quiso ir a casa de sus abuelos al salir de la escuela, para despedirse de ellos porque iba a estar unos días fuera, los que durara la escapada escolar.