TCtuanto más tiempo dedica uno a leer, mayores son las lagunas literarias que salen a relucir, quizá porque es propio de la literatura ofrecer conocimientos y a la vez detectar nuestras carencias (que el lector inquieto ya se encargará de subsanar asaltando bibliotecas y librerías). Escribo esto porque intuyo que la editorial cacereña Periférica, dirigida por Julián Rodríguez , nace con la intención no sólo de agradar a los lectores sino también de formarlos en tanto que pone a su disposición títulos que, no obstante su interés, habían caído en el olvido. A modo de carta de presentación, dos clásicos modernos : El testamento de un bromista , de Jules Vallés , y La pelirroja , de Fialho de Almeida , traducidos del francés y del portugués al castellano por Luis Eduardo Rivera y Antonio Sáez respectivamente. Dos libros, dos autores que --confieso-- desconocía hasta que estas pequeñas joyas cayeron en mis manos.

Ambas retratan en clave naturalista el lado marginal del siglo XIX; sus personajes principales, jóvenes y desvalidos, crecen al compás de la propia novela. El testamento de un bromista es un diario sui generis , de sabor agridulce, distribuido en breves entradas (o capítulos, si se prefiere) en las que el narrador da cuenta de los maltratos sufridos en su infancia y del fervor revolucionario que experimentará años después. La pelirroja se sumerge en los bajos fondos de una Lisboa azotada por el hambre y la corrupción, todo ello con una prosa salpicada de crudeza y erotismo que recuerda a Céline. Vayan mis mejores deseos para esta nueva editorial que pretende enseñar deleitando. www.franrodriguez.tk