El decreto regula el consentimiento informado por escrito de los progenitores --el donante del óvulo y el del esperma-- para donar a la investigación los embriones sobrantes de los procesos de fertilización in vitro en los que se fecundaban más óvulos que los que se van a usar para tener una reserva en caso de que hubiera que repetir el proceso. Los progenitores deberán dar su permiso para que se investigue con esos embriones tras haber sido informados sobre el ensayo concreto en el que se van a usar. También deberán renunciar a los posibles beneficios económicos de los trabajos, como las posibles patentes de todos los procedimientos.