Otra víctima mortal de un perro. Una niña de 2 años, Paula M. P., falleció ayer por las heridas que le causó el perro del compañero de su madre en Sitges (Garraf). El animal es un akita inu, una raza japonesa incluida en la lista de razas potencialmente peligrosas, y llevaba pocos meses con la familia, a la que no había causado problemas antes. Paula M., que iba a cumplir 3 años el 18 de junio, es la décima víctima mortal de un perro desde 1991 en España.

El trágico suceso se produjo a las 18.30 horas en una caseta situada en un pequeño huerto. Como ayer la madre de la niña y su compañero no pudieron declarar por encontrarse muy afectados, se difundieron dos versiones distintas sobre cómo se produjo la agresión.

Fuentes de la Guardia Civil, cuerpo encargado de la investigación, explicaron que el ataque se produjo en el domicilio y que presuntamente la pareja lo presenció. Pero el Ayuntamiento de Sitges sostuvo que la pareja dejó sola a la niña mientras se ausentaba por unos momentos.

Un amigo de la familia, que pidió mantener el anonimato, explicó que acudió horas después a la casa de la pareja. "Me quedé con el hermano (un niño de 5 años y hijo también de la mujer) y me dijeron que cuando se produjo el ataque el padre había salido a comprar pañales y la madre estaba en la casa fregando los platos. Mientras, la niña jugaba en el patio", dijo. "No sé qué pudo pasar --añadió-- porque el perro nunca había reaccionado mal".

EL PERRO, EN CUARENTENA Dada la gravedad de las heridas que sufrió la niña (el animal mordió a la niña en la cabeza y en el cuello), la pareja la trasladó al Hospital de Sant Camil, pero los médicos decidieron llevarla al Hospital Sant Joan de Déu, donde falleció de madrugada.

El amigo de la familia dijo que la pareja estaba destrozada, lo que les impedía declarar. "Lo harán cuando estén más recuperados. La madre se encuentra en estado de choque", indicaron fuentes de la Guardia Civil.

El perro fue trasladado al Centro de Atención y Adopción de Animales de Vilanova i la Geltrú, donde fue aislado y puesto en cuarentena durante al menos 15 días. El animal permanecerá en estas instalaciones hasta que el juez tome alguna decisión sobre su destino. El dueño, que no había presentado ayer todos los documentos necesarios para la tenencia de animales potencialmente peligrosos, podría ser acusado de imprudencia.

La Guardia Civil explicó que el perro tenía al día el carnet de las vacunas y llevaba su chip identificativo.