Cuatro meses después del accidente, BP y Transocean siguen tirándose los trastos a la cabeza. La empresa propietaria de la plataforma Deepwater Horizon, destruida por un incendio en el golfo de México, acusó ayer a la petrolera británica de ocultar información clave que permitiría conocer mejor las causas de la explosión del pasado 20 de abril, que acabó provocando el mayor vertido de crudo de la historia.

En una carta enviada a los abogados de BP, con copia a congresistas y al Gobierno de Estados Unidos, Transocean asegura que la petrolera le ha impedido acceder a registros, pruebas de presión e informes técnicos sobre el accidente, fundamentales para aclarar la "trágica pérdida de 11 vidas y la contaminación del Golfo". El consejero legal de BP respondió en otra misiva que las acusaciones son "falsas" y "engañosas", y que forman parte de un "recurso publicitario" para desviar la atención sobre responsabilidades financieras de Transocean por los daños causados. BP asegura que ha cooperado en la investigación en todo momento.

DESMENTIDO "Nuestro objetivo ha sido ayudar al público, al Gobierno y a la industria a comprender lo ocurrido, por qué pasó y cómo puede evitarse que se vuelva a repetir en el futuro", añade la petrolera, que asegura que Transocean ha tenido acceso a más de 220.000 páginas con información y datos técnicos relacionados con la explosión.

Mientras las dos empresas se acusan mutuamente, un grupo de oceanógrafos independiente ha echado más leña al fuego en el debate sobre la presunta desaparición de la mayor parte del crudo. A finales de junio localizaron, a unos mil metros de profundidad, una gran columna de petróleo que abarca una extensión de 35 kilómetros y que han estudiado durante dos meses.

A partir de decenas de miles de análisis químicos calcularon las dimensiones y la composición de la columna, en la que había restos de hidrocarburos como benzeno, tolueno y xileno, echando por tierra las teorías del Gobierno de EEUU que aseguran que parte del crudo se degrada de forma natural. "Nosotros hemos visto que sigue ahí", aseguran en la revista Science .

The New York Times también reveló ayer que los damnificados que pidan compensaciones del fondo creado por BP deberán renunciar al derecho a demandar a la petrolera, que ha tenido que retrasar hasta principios de septiembre el final de la construcción del pozo alternativo.