Nunca es tarde para pedir perdón. Y más si la mala conciencia te persigue. Es lo que le ha pasado a Thomas Caldwell, un empresario de Canadá de 72 años que se ha decidido a pedir perdón a Howard Rosen, un compañero de colegio, por haberle dado un puñetazo a principios de los 50, cuando ambos asistían a la escuela Runnymede. Hace de eso más de 65 años. Y lo ha hecho a través de un anuncio por palabras en el diario Canadian Jewish News. Un anuncio que ya se ha hecho viral después de que el digital de Toronto Twelve Thirty Six lo difundiera en las redes.

"A Howard Rosen, perdón por golpearte en la escuela Runnymede a principios de 1950. Tom Caldwell", se lee en el breve anuncio. Elarrepentimiento por ese puñetazo ha perseguido a Caldwell hasta ahora. Segun ha contado él mismo al 'Toronto Star', la agresión tuvo lugar cuando él tenía 7 años y Rosen, 10. "Me dirigí a él y le pegué. Él estaba allí sentado. El director me llamó y le dije que la mano se me había escapado. Aún recuerdo esa excusa", ha relatado. Admite que el hecho de que Rosen fuera judío pudo tener algo que ver con la agresión. Un hecho, afirma, que ha agravado su sentimiento de culpaa lo largo de los años.

Se decidió a publicar el anuncio tras una charla con un amigo sobre las cosas de las que uno se arrepiente en la vida. Y a Caldwell le vino a la memoria ese puñetazo. "Me arrepiento de cosas, pero una de las primeras cosas de las que me arrepiento si miro atrás es de haber hecho daño a gente, ya sea verbalmente o con ese puñetazo", ha explicado.

DISCULPAS ACEPTADAS

Las disculpas ya le han llegado a Howard Rosen, que las ha aceptado. Los dos hombres han vuelto a verse y han hablado de sus vidas, según ha recogido el diario de Toronto.

"Se disculpó y por supuesto acepté sus disculpas", ha explicado Rosen que, tras enterarse del gesto de su excompañero de colegio, buscó su teléfono y le llamó. Ambos han quedado esta semana en una cafetería de la ciudad y han hablado de sus profesores, de lo crueles que a veces son los niños y de la sorpresa con la que han vivido que su historia se haya viralizado.

"Ha tocado fibras. No todo el mundo pide perdón o asume responsabilidades por sus acciones", ha apuntado Caldwell. Rosen no recuerda el puñetazo con especial dramatismo. "La memoria de ese día es vaga, pero sí recuerdo el golpe. Fue un día en una vida de muchos días", ha valorado. Del encuentro ambos han salido satisfechos. "Creí que sería bueno hablar y le llamé", ha dicho Rosen. "Me alegro que lo hiciera. Era un asunto pendiente", ha añadido Caldwell.