Un estudio dirigido por la Universidad de Plymouth (Gran Bretaña) examinó la medida en que los elementos del juego de construcción Lego se desgastaban en el medio marino, para reforzar la sensibilidad contra la contaminación de plásticos. Al medir la masa de ladrillos individuales encontrados en las playas contra piezas equivalentes no utilizadas, los investigadores estimaron que podrían durar entre 100 y 1.300 años. El estudio persigue reforzar el mensaje de que hay que reciclar bien.

La investigación, publicada en la revista Environmental Pollution, se centró en los ladrillos de Lego encontrados en las costas de Inglaterra.

Durante la última década, organizaciones voluntarias de Cornwall (Inglaterra), incluyendo Rame Peninsula Beach Care y el proyecto Lego Lost at Sea, han recuperado miles de piezas y otros desechos plásticos durante las limpiezas regulares de la playa.

Para este estudio, se lavaron 50 piezas de Lego desgastado, construido con acrilonitrilo butadieno estireno (ABS) y recogido de las playas, y luego se pesaron en laboratorios de la universidad, y también se midió el tamaño de las piezas. Las características químicas de cada bloque se determinaron con un espectrómetro de fluorescencia de rayos X. Así se pudo confirmar la edad de las piezas individuales en función de la presencia de ciertos elementos que ya no se utilizan en su fabricación.

COMPARACIÓN / Al combinar esos artículos con conjuntos de las décadas de 1970 y 80, los investigadores pudieron identificar los niveles de desgaste y calcular el tiempo que podrían durar las piezas en el medio marino.

Andrew Turner, profesor en Ciencias Ambientales y director del estudio, se mostró sorprendido por la duración de las piezas. «La gente tiene que eliminar los residuos correctamente», dijo.