Dicharachero y cercano, Juan Jiménez reconoce que ya no sabe si es un escritor que pinta o un pintor que escribe. Colaborador de EL PERIODICO, expone en el Ateneo de Cáceres una quincena de obras con el título Secuencias y alegorías .

--Que el observador obtenga del cuadro una pequeña historia escondida. Explíquese.

--Mis cuadros son viñetas de cómic que resumen el cómic entero o, de otra forma, sugieren historias que cada observador entreteje de forma particular, aunque supongo que esas historias coincidirán en algo. Lo que más me gusta es que la gente se detenga a discurrir sobre lo que ocurre en mis cuadros. Pintar también es narrar.

--Secuencias y alegorías. ¿Es posible combinar tiempo y metáforas en un cuadro?

--El tiempo es el movimiento de la vida, de la existencia. Fraccionado se convierte en secuencias. Le doy una interpretación metafórica a esas secuencias para hacerlas más literarias. Mis secuencias son un tanto extrañas, pero en el fondo entendibles. Para ello utilizo personas y objetos en movimiento. Las alegorías son representaciones simbólicas más poéticas, el tiempo prácticamente no corre porque las cosas están estáticas, no se mueven en el espacio del lienzo.

--¿Usted qué le debe a Narbón? ¿Tiene algo de culpa en su querencia por el color?

--A Narbón le debo mi apego a la pintura. Cuando yo era niño, jugaba en su casa y me movía entre sus cuadros, y eso me influyó. Sin embargo, mi querencia por el color no tiene nada que ver con él. Extremadura le debe mucho, porque fue quien rompió con ese costumbrismo intocable y nos adentró en una pintura más moderna.

--¿De qué color lo tienen los pintores de la tierra?

--Si digo crudo, caigo en lo manido. Iré a lo fácil y diré que depende de lo que pintes y de si caes en gracia.

--¿El pintor sirve para algo? Sobre todo, el de brocha fina...

--La única diferencia es que los fontaneros o relojeros manipulan mecanismos ya predeterminados y los pintores manipulan los que ellos han puesto en funcionamiento. Otra diferencia, muy importante, es que el pintor de brocha fina, por lo general, está peor pagado.

--¿Qué le mueve a pintar a usted que tanto le gusta hablar con la gente?

--Realmente me gusta estar con gente, no soy nada misántropo y muy analítico. Mis cuadros surgen de lo que veo, tanto en las personas como en los objetos. Muchos objetos sirven para representar asuntos humanos, de ahí las alegorías. El comportamiento de las personas me inspira esas secuencias que plasmo en mis cuadros.