El pintor Francisco Javier Martín-Romo nació en Don Benito hace 45 años, y a los 7 años comenzó ya a interesarse por esta disciplina artística. Asegura que desde que tiene uso de razón siempre le ha gustado la pintura y la decoración, y por ello está feliz de trabajar en lo que le gusta y haber cumplido su "sueño".

Es el único en la familia interesado por este arte, ya que no ha habido ningún pintor anterior a él. "Desde muy pequeño siempre me llamaron la atención los cuadros y empecé a pintar todo lo que se me venía a la mente".

Utiliza las técnicas de óleo sobre lienzo o carboncillo, entre otras. Se considera pintor autodidacta porque asegura que nadie le ha enseñado. Añade que solo estuvo durante unos seis meses a las 11 años de edad bajo la enseñanza del conocido pintor Cañamero, y que aunque él le dio las bases, gracias a su lucha durante años ha conseguido pintar como lo hace ahora, pinturas que son muy reconocidas.

"Me inspiro en cualquier cosa que veo, lo que sea, pero lo que más me gusta es la naturaleza, los paisajes me encantan", añade. Por ello, siempre que puede sale con su cámara fotográfica a cuestas y se recorre diferentes lugares de la geografía extremeña, para retratar su maravilloso paisaje. También, añade que le gusta el tema de las vías de trenes y las cajas de cartón, que ya ha pintado en varias ocasiones.

Después, hace un cuadro pequeño, también sobre lienzo, que pintará luego en un cuadro más grande. "De ahí extraigo la idea, el boceto, investigo las luces, el color, las diferentes perspectivas y luego lo hago en mayores dimensiones"

Francisco asegura que no recuerda el número de cuadros que ha podido pintar a lo largo de todos estos años, sobre todo porque "lo que hago lo vendo, por lo que no me quedo con ningún cuadro". Por este mismo motivo asegura que no ha hecho muchas exposiciones, ya que si las hiciera "tendría que pedir el favor a mis compradores de que me enviasen los últimos cuadros,y sería complicado".

También, desde hace varios años, aproximadamente desde 1995 se dedica a impartir clases a alumnos de diferentes edades, aunque la mayoría son mayores y mujeres, que acuden desde varios lugares de Extremadura como Mérida, Guareña, Quintana y otras zonas de la comarca.

Imparte clases de lunes a viernes de 17.00 a 20.00 horas y en cada grupo se reúnen unas 15 personas, pudiendo llegar a tener al año algo más de 50 alumnos, que "vienen a pintar, a relajarse, y yo me vuelco en enseñarles todo lo que sé".

Según añade Francisco Javier, "a mis alumnos lo que más les gusta pintar es el paisaje extremeño. La encina es la más pintada en mis clases". En la actualidad, Francisco está trabajando en el tema de vías de trenes.