No se dedica al fútbol ni al baloncesto. Por eso su palmarés pasa desapercibido, pese a ser todo un campeón internacional de full-contact. Solo tiene 28 años, es placentino y mecánico de profesión, pero además pincha discos en un local los fines de semana. Jesús Vicente Gómez, Pipa , es el flamante vencedor del campeonato internacional de Cáceres que ha reunido recientemente a los mejores de Europa y Asia en los deportes de contacto. Un título que ha supuesto su salida por la puerta grande del ring.

"Mi ilusión --reconoce-- era despedirme con una victoria y si me retiro es porque es un deporte muy sacrificado, sin ayuda de ningún tipo, y trabajando me resulta ya agotador". Pero no piensa desvincularse del deporte que han popularizado películas como las de Van Damme porque su meta, ahora, es convertirse en monitor de artes marciales para preparar a competidores. Experiencia no le falta. Lleva años ligado al full-contact, pero en los tres últimos no ha parado de sumar victorias.

Ha sido también subcampeón de España en las modalidades de Ligh Contact y de Kick Boxing. Nombres que suenan a puños y golpes. "Se ve como un deporte agresivo, pero es todo lo contrario y nunca verás a ninguno de nosotros en una pelea porque su práctica requiere también mucha concentración". Lo dice consciente de que sus golpes son certeros y, por lo tanto, tienen que ser medidos incluso en el ring. Su maestro, Kim-Man-Young, de reconocido prestigio internacional y afincado en Plasencia, habla maravillas del campeón y de la persona.

Su intención es no tener que salir de casa para labrarse un futuro como preparador. Aunque en Extremadura reconoce que son escasas estas competiciones. Lo que ya le ha llevado a recorrer muchos kilómetros y tiene nueve peleas a sus espaldas. Para lo que, entre trabajo y trabajo, ha tenido que sacar, al menos, dos horas diarias de entrenamiento que se han multiplicado en épocas de competiciones. "Es muy duro y como no hay apoyo institucional ninguno, hasta la equipación me la he tenido que pagar yo" y reivindica que hay más deportes, por muy minoritarios que sean, más allá del fútbol, el baloncesto o el motociclismo. "Yo lo respeto, pero hay otros y no solo el mío" añade el campeón placentino.

Aunque lo dice con la humildad propia del deportistas laureado, hecho a base de esfuerzo y, encima en el caso de estos deportes, sin un reconocimiento más que merecido. "Los que nos dedicamos a esto es porque nos gusta" y se lo recomienda a jóvenes y mayores. Capacidad de trabajo no le falta a este joven placentino, mecánico desde los catorce años, pinchadiscos los fines de semana y deportista de elite sacando horas libres. No es extraño que agradezca a su novia, Vanesa, y al resto de su familia el apoyo recibido para llegar a ser un crack del full-contact.