Excelente orador en el estrado como abogado, también lo fue ayer en el banquillo como acusado. El abogado Joan Piqué Vidal hizo gala de las tablas que tantas veces han sacado de apuros a otros para intentar ayudarse a sí mismo. El abogado reconoció su papel de mediador en los sobornos al exjuez Lluís Pascual Estevill, sentado con él en el banquillo, pero negó haber cobrado por ello. "Cargo con mi culpa, pero no más", declaró.

Inmediatamente después tuvo que explicar por qué no se fue al juzgado de guardia cuando Estevill le hizo partícipe de su intención delictiva. La respuesta, a instancias del fiscal, fue que no quiso traicionar la "confianza" ni del juez ni de sus clientes. "Tengo, quizá, un concepto bastante especial de lo que es la confianza de la gente", se justificó.

La cuarta jornada de la vista oral, destinada exclusivamente a la declaración del abogado, de 71 años, multiplicó con creces la expectación generada el lunes, cuando declaró el exjuez, de 70.

El morbo se desató ayer en el mundo judicial barcelonés. Jueces, fiscales, y, sobre todo, muchos abogados se dieron cita para ver cómo salía al paso de las gravísimas acusaciones que Estevill vertió sobre él.