El caso de la desaparición de Dana Leonte el pasado 12 de junio se ha convertido en una carrera a contrarreloj para demostrar que fue asesinada por su novio en un remoto pueblo de Málaga. Sergio, pareja de Dana y padre de la bebé de siete meses de ambos, es el único vecino de Arenas investigado hasta el momento. Se le acusa de la desaparición de la chica de 31 años y su posterior homicidio, según informa el propio abogado del chico, Juan José Moreno.

El pasado sábado las investigaciones tomaron un nuevo viraje. Un vecino que estaba con su perro por un escarpado paraje cercano a Arenas, municipio en el que se le perdió la pista, vio que el animal traía algo en la boca. Era un hueso. El hombre llamó a la Guardia Civil y hasta el lugar de los hechos se trasladó incluso un forense, que determinó que se trataba del fémur de una mujer. El hueso se cotejó con el ADN de Florín Leonte, hermano de Dana, y se confirmó que era de la desaparecida.

La Policía Judicial de la Guardia Civil baraja más pistas para fijarse en Sergio como principal sospechoso. En la vivienda había manchas de sangre, también cotejadas con el ADN de la familia de Dana, una pared recién pintada y dos hogueras grandes en la parte trasera de la casa. Además, la Policía situó una posición del móvil del detenido muy cerca de donde fue hallado el hueso.

El chico fue detenido hace tres días y la Guardia Civil registró ayer, por segundo día consecutivo, la vivienda donde residían antes. En sus últimas declaraciones, el sospechoso sostiene que limpió con lejía la casa en la que convivían porque iba a recibir una visita de Servicios Sociales para ver el estado de la bebé, y subraya que la limpieza se produjo «pasados diez días» de la desaparición. El detenido mantiene la teoría de que ella lo habría abandonado «agobiada por las deudas».