El contigo ni sin ti que están protagonizando Brad Pitt y Jennifer Aniston desde antes de que la pareja anunciase su separación, el pasado mes de enero, sólo es comparable al que viven Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo, por poner un símil cercano. La última secuencia de esta larga historia de amor y desencuentros la ha puesto de momento el protagonista de Troya, que ha vuelto a la mansión conyugal de Beverly Hills tras matricularse en la consulta de un asesor matrimonial con la que ha sido su mujer durante los últimos cinco años.

El diario británico The Sun publicó ayer que la pareja desea salvar su relación y que está dispuesta a llegar hasta donde les llegue el talonario. "Ellos quieren estar juntos, pero necesitan resolver cuestiones antes", asegura al tabloide una fuente sin identificar cercana al matrimonio. Según esta fuente, Pitt, de 41 años, y Aniston, de 36, anunciaron que iban a separarse por la "presión de la prensa".

MOTIVOS DE RUPTURA El diario británico The Sun incluso aporta las razones que llevaron a la pareja a pensar en romper su matrimonio. "Brad quiere mudarse de Hollywood para ir a vivir a un rancho en el interior del país. Está harto de intromisiones en su vida privada y cree que ya lo ha conseguido todo en su carrera. Pero Jennifer siempre ha vivido en Beverly Hills y no se ve en otro sitio", asegura el diario.

La pareja anunció su separación el pasado mes de enero, aunque el actor se había mudado a un apartamento en Malibú varias semanas antes.

´CULEBRON´ INGLES El servicio de correos de Gran Bretaña difundió ayer los dos sellos editados con motivo de la boda de Carlos de Inglaterra y Camilla Parker-Bowles, a los que se puede ver en una pose informal en el sello de 30 peniques y otra más seria en el de 68 peniques. Ambos timbres se pondrán a la venta el próximo 8 de abril, la fecha prevista para el enlace.

Mientras, el tour de Carlos fue ayer a Wellington (Nueva Zelanda), donde llegó sin la alianza de su boda con Diana. Allí lo recibieron mujeres en topless, en protesta por una visita "colonial".

TESTIMONIO DEMOLEDOR Si entre tanto circo alguien había olvidado la seriedad de las acusaciones contra Michael Jackson, el lunes llegó el momento de recordarlo en el tribunal de Santa María (California). Por primera vez, en el estrado se describieron, con detalle, actos de pederastia. Fue el hermano pequeño de la supuesta víctima quien describió esos abusos sexuales que la acusación dice que se produjeron hace dos años.

El adolescente aseguró que vio dos veces a Jackson masturbándose mientras tocaba en los genitales a su hermano, que entonces tenía 13 años. También dijo que lo vieron paseando desnudo con erecciones, algo que el cantante definió como "natural". Los actos inadecuados, según el testimonio, fueron numerosos e incluyeron hacer beber alcohol a los menores, mostrarles pornografía en internet e incitarles a llamar a extraños para preguntarles por el tamaño de sus genitales.